SEGUNDA A 14ª Jornada

La helada llegó del sur

Tras remontar el gol tempranero del Recreativo, el Alavés vio cómo dos acciones desafortunadas en los últimos minutos le privaban del triunfo, condenándole a seguir en posiciones de descenso.

ALAVÉS 3

RECREATIVO 3

Mendizorrotza se quedó ayer helado. Y no tuvo nada que ver con las bajas presiones, el anticiclón de las Azores o el viento siberiano. El frío más intenso llegó del sur, con dos goles incomprensibles que privaron a la familia albiazul de un reencuentro con la victoria que ya celebraba.

La temperatura, de hecho, ya había caído unos cuantos grados a las primeras de cambio. Se esperaba a un Alavés hiperrevolucionado, por necesidad y por el discurso que venía marcando su entrenador, pero a los seis minutos el Recreativo, que tampoco atraviesa su mejor momento, le hacía saltar las costuras para adelantarse. Y poco faltó para que el líder aumentara su ventaja de inmediato, lo que incluso provocó que el malestar de algunos sectores de la grada se dejara escuchar.

Pero el Alavés, que solo por eso ya se habría merecido un resultado final mejor, supo sobreponerse a uno de los momentos más delicados de esta temporada, consecuencia del acumulado de las semanas previas, la situación clasificatoria y el mazazo recibido. Recién cumplido el cuarto de hora, una preciosa acción culminaba con un gol a la altura de Ion Vélez, que celebraba de la mejor manera su regreso al equipo. Y que fue uno de los grandes protagonistas del primer tiempo, no solo por su puntería, sino también por su presencia constante en el área visitante y las caricias que se llevó de la zaga onubense, alguna de las cuales bien podía haber acabado con un penalti a favor del Alavés.

No le hizo falta al ariete de Tafalla para ampliar su cuenta. A cuatro minutos del descanso, el equipo repetía jugada, esta vez por banda derecha, para que Vélez firmara el 2-1.

Con el equipo claramente convencido y el marcador ahora a favor, temperatura y optimismo se recuperaban de la mano. Qué decir nada más reanudarse el choque, cuando Borja Viguera anotaba el 3-1 al transformar un penalti por mano de Morcillo.

La victoria, cinco semanas después, no se podía escapar. Y eso pareció durante muchos minutos. Por la ventaja y porque se veía más cerca la puntilla a la contra que la reacción andaluza. Pero fue precisamente esta la que llegó. Una jugada aislada que Álvaro Antón resolvió perfectamente para acortar distancias y meter el miedo en el cuerpo a su anfitrión. Se vino abajo el Alavés y solo le sirvió para recibir un nuevo mazazo. Un centro desde la derecha que parecía irse sin demasiado peligro pero que tocó en Óscar Rubio para alojarse en el fondo de la red.

Ojos de estupor, sonrisa congelada y otro partido que se escapaba en el último suspiro y de forma incomprensible.

Sensaciones encontradas

Natxo González reconoció a la conclusión del choque que, por un lado, este le dejaba una «sensación rara porque creo que no merecíamos esto. El partido transcurría tranquilo, incluso que podíamos aumentar la diferencia, pero en dos situaciones muy concretas... Por otro lado está la satisfacción de ver que hemos sido superiores al líder».

Insistía el técnico en reconocerse «supersatisfecho con el rendimiento del equipo. Creo que hemos encontrado lo que buscábamos. No el premio de la victoria, pero creo que si hubiese sido a los puntos, seríamos ganadores. Al final -admitió-, lo que queremos es puntuar y ganar. Pero lo que me generaba esa inquietud era volver a recuperar el espíritu que habíamos perdido. Hoy lo hemos recuperado, me ha parecido el equipo de los mejores días, aunque el resultado no haya sido favorable, y sin olvidar que enfrente teníamos al líder», recordó.

El pero llegó por que con una clara ventaja «empezamos a dar ocho toques en vez de dos, empezamos con las pérdidas... No vamos aprendiendo de los errores que cometemos y de medio campo para arriba ahora mismo creo que es donde tenemos el principal problema».