Joseba VIVANCO
A enderezar su irregular trayectoria

Muniain, en la encrucijada

Valverde confirma que trabajan con el navarro para que focalice más la puerta rival y no se disperse en otros cometidos del juego.

«El dirigente le pide al jugador que piense como un tipo de 50, tenga vida de 70 y el domingo juegue como si tuviera 14», Hernán Montenegro, basquetbolista argentino.

Iker Muniain regresó ayer a Lezama tras su récord de participaciones con la sub-21 española -lo que le ha valido, dicho sea de paso, alguna que otra crítica que lo ve como un estancamiento del futbolista- y tras anotar dos goles en otros tantos partidos. Preguntado Ernesto Valverde tras el amistoso de Laudio sobre esa cuenta pendiente del navarro con la portería, el técnico se felicitó porque «es una buena noticia para nosotros que Muniain mantenga el instinto goleador». Y mejor sería si el txantreano siguiera con la racha el lunes en Málaga, pues desde que anotara en uno de sus campos talismán, el Nuevo Zorrilla, en la primera jornada, lo ha intentado, lo ha tenido a veces en el punto de mira como en el partido ante el Elche, pero parece claro que o bien porque la potencia de su chut deja mucho que desear o porque casi nunca elige la mejor opción cuando pisa área, sigue reñido con el gol.

Valverde desveló de dónde le viene en parte ese déficit, y que tiene que ver con que «le puede un poco la paciencia, se sale a veces de las zonas de finalización para querer organizar el juego o también para querer participar más, y eso le aleja de esas zonas que luego pueden ser decisivas para un delantero». Una deuda que, Txingurri reveló, «la hablamos con él y trabajamos sobre ello».

Incomprendido

Iker Muniain sigue inmerso en esa gama de grises que es su juego desde hace ya tiempo, aunque este curso se le vea con más chispa, más participativo, con ganas. La temporada pasada no se salvó del desplome general del equipo y precisamente a él, llamado a convertirse en un referente del juego del Athletic, le llovieron lacerantes críticas que ponían en duda incluso su capacidad para seguir creciendo como futbolista. En marzo pasado llegó a asegurar en rueda de prensa sentirse «incomprendido alguna vez» respecto a comentarios de parte de la prensa.

Debutante precoz, de trayectoria irregular sobre el césped los últimos tiempos, lastrado por una aureola que no le ayuda ante quienes buscan también un perfil ejemplar más allá del campo, de carácter rebelde, Muniain estaba llamado a ser o fue llamado a ser el nuevo icono que un club como el Athletic necesita para sumar adeptos a su causa entre los más jóvenes, para garantizar la pervivencia de la especie rojiblanca. El ídolo que fue Julen Guerrero. El rubio de la Txantrea se aparecía como un nuevo brillante pulido en la cantera desde chico, con descaro, veloz, irreverente, un potrero de barrio. Tenía apenas 16 años cuando debutó -18 contaba Guerrero- y marcó. Pero su rugido mediático no ha tenido un crecimiento exponencial en su juego. El Muniain actual no es ni mucho menos ese jugador emblema cuyo número y nombre portan orgullosos a la espalda los más pequeños, los más jóvenes. No es ese hijo que todos querrían tener, ni ese novio que toda madre querría para su hija. Su imagen fuera del verde, su propia leyenda cultivada a sus en breve 21 años le han restado adeptos; su inicial fulgurante proyección futbolística, hoy ralentizada, le han granjeado este tiempo más críticos que admiradores.

Margen de mejora y madurez

Es un chaval y parece un veterano. Es un crío -millonario prematuro, sí, que diría Marcelo Bielsa- y suma ya 186 partidos con la camiseta rojiblanca y dos campeonatos europeos sub-21 en su palmarés. Cuando hoy parece, por lo que se escribe y se lee, que cada fin de semana debiera debutar un cachorro de Lezama en el primer equipo porque los de arriba no valen, a esa edad él ya lleva cinco temporadas en la élite. Jugará mejor o peor, pero como le defendió su presidente Josu Urrutia, «yo me quedaría con la edad que tiene, que no se esconde, que no se rinde, que lo intenta y que se vuelve a remangarse cuando falla. Demuestra mucho carácter».

Su juventud, su carácter, su personalidad caminan inherentes a su juego. Cuestionado, alabado, enjuiciado cada vez que no calcula la repercusión de alguna de sus apariciones públicas en las redes sociales, incomprendido se defiende él. Iker tiene mucho margen de mejora, por cualidades, por edad, por ganas, por carácter. De mejora y de madurez personal. Es imposible pensar que es un producto inconcluso. Un Bojan Krkic más. Él es el primer cabreado consigo mismo cada vez que las cosas no le salen bien o es relevado en cualquier partido. «Se trata de un jugador muy ligado a sus impulsos, a las emociones, que encuentra mucha energía en los aspectos del juego que tienen que ver con la emotividad», decía de él Marcelo Bielsa. Los dos goles con los sub-21 españoles le habrán servido de empujón.

En toda evolución de un futbolista hay altibajos, momentos mejores y peores, forma parte de la formación de un jugador, momentos duros y momentos felices. Muniain ha convivido con ellos desde su debut y deberá seguir haciéndolo en adelante. Esta temporada y la siguiente serán claves para él. Su contrato expira en 2015 y algunos ya señalan su renovación como la carta con la que Josu Urrutia se podría jugar su posible candidatura. «Muniain tiene mucho recorrido aquí», le hizo un guiño Valverde hace unos días.

Las negociaciones para prolongar su estancia en Bilbo se iniciarán en breve, adelantó el presidente en su última comparecencia. «Mi renovación no se va a convertir en un culebrón», zanjó el propio jugador en octubre pasado. Desde luego, no parece que cierre el acuerdo con la misma celeridad que con Gurpegi, así que veremos si el navarro acierta con sus intenciones de no demorar el `sí, quiero'.

Ekiza no se plantea salir este invierno

«No contemplo en absoluto salir en el mercado de invierno porque quiero demostrar que valgo para seguir aquí», recalcó ayer Borja Ekiza, que no cuenta para Ernesto Valverde tras su titularidad en el primer partido en Valladolid, donde se lesionó. Txingurri, tras el encuentro en Laudio, dejó entrever que quizá haya salidas en el mercado de invierno, caso de Saborit y habrá que ver el futuro también de Etxeita. Es pronto para hablar de ello, zanjó el técnico, pero por de pronto Ekiza -que debutó precisamente ante el Málaga- tiene claro que quiere reivindicarse porque el «principal error» que podría cometer en estos momentos sería «bajar los brazos». El navarro asume que «el míster ha dejado claro que en defensa no le gustan tanto las rotaciones. Los que juegan lo están haciendo bien y va a ser difícil entrar en el equipo, pero sería un error conformarse y no seguir trabajando». Por su parte, Ibai Gómez, que también compareció ayer en sala de prensa, se reafirmó en que espera «estar muchos años» en el club rojiblanco y que cuando haya novedades de su renovación, se sabrá. Cuestión de tiempo. J.V.