Trabajadores por cuenta ajena de la planta Arka, propiedad municipal y en la que el grupo Iparlat es el administrador único, han encendido la alarma roja, una llamada de socorro a la sociedad en general y a las administraciones, porque desde julio se encuentran con un expediente de suspensión de empleo y «no vemos el futuro, porque nadie nos dice nada, tras decidir Iparlat abandonar esa planta de transformación de productos lácteos».

Comparte las modernas instalaciones de Arka con la empresa italiana Codap (Cola Dairy Products), que se dedica a nata en spray. En ellas, dan empleo a una plantilla de 45 trabajadores, de los que 22 son por cuenta ajena, que pertenecen a la Cooperativa de Empleo Encartado. «A comienzos de verano, Iparlat nos cuenta que se va. No hay producción. Solo dos de los veintidós trabajadores no están dentro del expediente de suspensión, el resto estamos ya consumiendo paro y sin perspectivas de futuro ante el silencio existente», explican Christian Prado y Gonzalo Ortiz, delegados de LAB, acompañados por una decena de trabajadores de Karrantza, que ven muy complicado su futuro.

Alberto Alonso, responsable de LAB en esta comarca, añade que «están abiertos a cualquier salida que no sea la pérdida de empleos», porque, además, es una comarca que soporta niveles de paro elevados. «El alcalde, Raúl Palacio, nos dijo que si no somos capaces de mantener esta industria transformadora el impacto en Karrantza será mayor que el que va a producir Fagor».

Este eskualde es uno de los más activos en la producción lechera. El Grupo Iparlat, y Kaiku, trató de monopolizar su control, pero surgieron otros productores que les hicieron la competencia, a través de Guvac (Bizkaia Esnea y Euskal Herria Esnea). Sin embargo, desde el Gobierno de Gasteiz y la Diputación de Bizkaia el apoyo fundamental se ofreció al grupo Iparlat. De hecho, Arka, cuyo administrador único es Iparlat, se abrió con un fuerte apoyo de subvenciones públicas. Arantza Tapia, consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, respondió a una pregunta de EH Bildu al respecto, fechada el pasado 13 de noviembre, que desde 2003, cuando comenzó a construirse la planta, han entregado un total de 8,9 millones de euros a través de varios programas de ayudas para el acondicionamiento de la planta de elaborados lácteos, aseguramiento de la calidad, equipos de envasado y pasteurización de leche, línea de envasado tetra brik y maquinaria para derivados lácteos.

EHNE Bizkaia explica que el modelo impulsado por Iparlat y «propiciado y apoyado» por el Gobierno vasco «no es garantía ni de mantenimiento del empleo ni del sector productor. Millones y millones para una empresa que cada vez su vinculación es más lejana con los ganaderos y productores vascos». La conexión fue evidente. El exviceconsejero de Agricultura Eduardo Urrutia acabó en la dirección del grupo lácteo.

De hecho, los trabajadores de Arka desconocían las subvenciones que se habían inyectado en ese proyecto que, por otro lado, impide a Euskal Herria Esnea envasar la leche en las instalaciones, ahora inutilizadas prácticamente. «Nos han dicho de Iparlat que ellos tienen el contrato hasta 2016 y que no van a permitir que su competencia utilice las instalaciones», afirma Prado. Por su parte, Ortiz añade que el viceconsejero de Agricultura, Bittor Oroz, se puso en contacto con el alcalde de Karrantza, «ante el silencio que han mantenido hasta la fecha», y «le dijo que estudian transformarla en una planta de producción de queso».

EHNE Bizkaia conoce el proyecto, porque el Ejecutivo de Lakua tiene avanzado un label de queso de leche de vaca, pero entiende que «es una ocasión fundamental para establecer una salida adecuada para el sector y para el mantenimiento del empleo de esa planta productora de derivados de la leche».