Aitor AGIRREZABAL Glasgow

Escocia, por una independencia radical

El objetivo final de la independencia de Escocia no es la creación de un nuevo Estado sino el punto de inflexión para un cambio social hacia un estado más justo que el que los escoceses pueden lograr dentro de las fronteras británicas. Este cambio centró el debate del más de un millar de participantes en la segunda conferencia de Radical Independence Campaign.

Radical Independence Canpaign (RIC) celebró su segunda conferencia anual en Glasgow, apostando por una independencia total que abra las puertas a la construcción de un estado más justo, con unas estructuras totalmente distintas a las que conocen dentro de Gran Bretaña. La campaña a favor de que Escocia se convierta en nuevo estado se mostró deseosa «de quitarse las esposas» del gobierno de Westminster.

«La independencia no es un fin, es una herramienta para crear una mejor Escocia». Esta frase salió de boca de Dennis Canavan, de la campaña Yes Scotland, y resumió a la perfección el espíritu de este movimiento que acoge a miembros de muy distintos partidos políticos y colectivos, que sí tienen un objetivo común. Crear una mejor Escocia a través de la independencia. La posible creación de un nuevo estado no es el objetivo final de todo este proceso, sino todo lo contrario. La independencia es entendida, y así lo transmitieron los distintos ponentes, como un punto de inflexión hacia un cambio social.

La conferencia acogió a más de un millar de escoceses deseosos de un cambio. Y deseosos de participar en ese cambio. Durante toda la mañana salieron a la palestra los distintos temas que preocupan a la población escocesa.

Energía, empleo, desarrollo, servicios sociales, la alternativa a la industria armamentística de Londres, la educación y juventud o la economía de una posible Escocia independiente frente al neoliberalismo actual propuesto por Londres. Pero el día comenzó con una clara cuestión: ¿Por qué el Reino Unido no funciona?

Y es en este punto donde partidos políticos, colectivos, asociaciones o individuos encuentran su punto en común. Las políticas dirigidas desde un parlamento a cientos de kilómetros difícilmente puede representar a una sociedad completamente distinta. Las tasas o la desigualdad social que ha provocado la política económica han provocado una falta de oportunidades que parte de la sociedad escocesa ha decidido apartar de su línea.

La primera en hablar fue Maggie Chapman, candidata a las elecciones europeas de 2014 por parte del Partido de los Verdes de Escocia. Trajo a la memoria las políticas aplicadas desde Westminster, o la privatización del servicio de correos de Gran Bretaña. En este sentido hizo una interesante reflexión sobre lo que, a su juicio, debe ser Escocia en políticas económicas. Y miró a Latinoamérica. Además, ante las encuestas que no les son favorables y el «Proyecto Miedo» que ha implantado la campaña del No, se mostró convencida: «Podemos y debemos ganar».

En la misma dirección apuntó Colin Fox, miembro del Partido Socialista de Escocia, que criticó que Escocia tuviese que «pagar los problemas que se crean al sur de la frontera».

Juventud movilizada

La conferencia acogió a gente de todas las edades, algo que ha encendido la esperanza de la gente favorable a la independencia. Radical Independence Canpaign está trabajando en la movilización de las bases, con gran influencia a nivel académico, logrando que mucha gente se sume a estas actividades en universidades, algo complicado hasta la fecha. Durante la jornada de ayer, también tuvieron la palabra. La joven Saffron Dickson fue una de las que más encendió los ánimos de los que allí se congregaron. En un discurso menos político y más social que el resto, logró conectar y transmitir la necesidad de la juventud, ahogada y con un futuro incierto si la forma de entender la política no cambia.

Después de 300 años dirigidos desde Londres, se encuentran ante «la mayor oportunidad de la historia de nuestro país», tal y como defendió Canavan, Escocia tiene en su mano elegir el futuro que cree conveniente para la sociedad. La independencia supone contar con la posibilidad de crear una democracia real, donde cada escocés se sienta representado y capacitado para cambiarla. La independencia debe suponer un poder radical para las clases populares. Por eso, la independencia o es radical, o no es independencia.

Sortu y la CUP participan en la conferencia escocesa

La representación internacional también tuvo su espacio en la conferencia de Radical Independence Campaign celebrada en Glasgow. En ella estuvo el representante de Sortu en Bruselas Igor Zulaika, quien subrayó el desconocimiento que se tiene sobre lo que Europa significa. Un desconocimiento que los opositores a la independencia están aprovechando en Escocia para extender el miedo a lo que supondría estar fuera de esta unión.

Junto a él participó también Adam Majó, como representante de la CUP de Catalunya y de la plataforma Independència Per Canviar-ho Tot de los Països Catalans.

Majó remarcó que la diferencia entre los casos escoceses y catalanes no radica en las propias naciones, si no en los estados de los que se quieren independizar respectivamente. En este punto el representante catalán recordó las prohibiciones y las amenazas llegadas del Estado español en caso de que el Principat convocase un referéndum de forma unilateral. A.A.