TRAS LA SENTENCIA DE ESTRASBURGO

«Debemos tener muy presente lo que sucedió»

Un día antes de lo anunciado, la que fuera subdirectora del diario «Egin», Teresa Toda, abandonó sobre las 8.30 de ayer la cárcel de Córdoba tras permanecer seis años en prisión. Su excarcelación estaba prevista para hoy.

Condenada tras ser imputada en el macrosumario 18/98, donde también fueron castigados con penas de cárcel otros trabajadores del periódico, como el que fuera director, Jabier Salutregi, y los miembros del Consejo de Administración, las primeras palabras de Toda fueron para todos sus compañeros «que siguen dentro», recordó, en declaraciones a GARA. «Tras cerrar `Egin' el Estado quiso dar un golpe, y por eso nos vino este duro castigo, con todo lo que ello supone: la cárcel, la dispersión... no solo a las personas condenadas, porque también afecta a familiares y amigos».

Sobre la manera en que se puede asimilar el hecho de pasar seis años de cárcel por haber trabajado en un periódico, por informar, sostiene que la maniobra no es sino «el reflejo de la virulencia del Estado contra Euskal Herria y la libertad de expresión».

Advertía, además, de que este tipo de acciones no han cesado. Es ahí donde situó el reciente cierre del portal Ateak Ireki, a cuyos impulsores enviaba toda su solidaridad. «Por suerte -agregó-, los casos de `Egunkaria' y Udalbiltza salieron bien, aunque no debemos olvidar la factura que se ha pagado por todo ello. La gente fue absuelta, pero el periódico a día de hoy está cerrado, hubo torturas...y todo eso nadie lo puede solucionar, nadie lo puede subsanar».

Toda confía en la sociedad vasca. «En estos seis años he visto que la sociedad vasca se ha movilizado, pero aún y todo, creo que es esencial impulsar el papel que tiene, que la ciudadanía se dé cuenta de ello».

«Debemos tener muy presente lo que ocurrió; también que puede volver a suceder. Por eso es tan importante no bajar la guardia».

Antes de emprender el camino de vuelta a Euskal Herria, Toda descansará unos días en Salamanca, donde vive parte de su familia. «Son momentos intensos, con sentimientos encontrados; alegres, pero también amargos por las personas que se quedan. Es complicado; tengo los pies fuera y el corazón dentro».