Iñaki IRIONDO GASTEIZ
REESTRUCTURACIÓN DE LA ERTZAINTZA

18 de los 23 nuevos máximos cargos llevan más de 30 años en la Ertzaintza

Nada menos que 18 de los 23 cargos más altos de la Ertzaintza pertenecen a sus primeras promociones y llevan más de treinta años en el cuerpo, con todo lo que en este tiempo ha pasado y actuaciones que muchos de ellos llevan en su espalda. Llamativamente, a ellos ha encargado el Departamento de Seguridad liderar el «nuevo tiempo» para lograr una policía más cercana a la ciudadanía y que debe ganarse su confianza.

18 de los 23 nuevos máximos cargos llevan más de 30 años en la Ertzaintza
18 de los 23 nuevos máximos cargos llevan más de 30 años en la Ertzaintza

El mando que dirigió la entrada de la Ertzaintza en la redacción de «Egin» en 1993 es el actual director de la Ertzaintza. El nuevo jefe del cuerpo no solo era el nagusi de la comisaría de Bilbo la noche en la que mataron a Iñigo Cabacas, sino que ejercía también como máximo mando policial en la «mesa de crisis» que dirigió la actuación contra la multitudinaria manifestación del 14 de setiembre de 2002, donde los «botijos» de la Policía autonómica y sus pelotas intentaron dispersar a la multitud que se sentó en el suelo. Entre los nuevos mandos hay un agente que en tiempos preconstitucionales intentó formar parte de la Policía española, otro que fue imputado por torturas y absuelto después por «insuficiencia» de las pruebas, otro que estuvo a punto de ser expulsado del cuerpo por desacato a una juez y un condenado por acoso moral a dos agentes de su comisaría. Eso, sin olvidar que el director de Tráfico en su día fue cesado por falsear un recurso para evitar una multa.

Todo ese pasado y más acumulan 18 de los 23 integrantes de la nueva cúpula de la Policía autonómica Todos ellos llevan más de treinta años en este cuerpo policial, al que entraron entre los años 1982 y 1983. Estos son los hombres (porque no aparece más que una mujer) a los que el lehendakari, Iñigo Urkullu, y su Gobierno han encomendado expresamente la misión de liderar el nuevo tiempo de la Ertzaintza.

El lehendakari explicó sus objetivos en una visita a la base central de la Ertzaintza en Erandio, acompañado de la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia: «Hablamos de un nuevo modelo en un nuevo tiempo. Una Ertzaintza de proximidad que ofrezca garantía, seguridad y confianza. Para eso, tenemos que trabajar los responsables institucionales para dotar de ilusión a los agentes y garantizar a la sociedad seguridad», aseguró Urkullu.

Los más antiguos del cuerpo

En lo más alto de la cúspide de la pirámide policial están dos de los agentes más destacados de la primera promoción de la Ertzaintza, la que entró en Arkaute cuando la academia estaba todavía sin montar y que salió a patrullar en octubre de 1982. El actual director de la Policía, Gervasio Gabirondo, fue el número uno de aquella promoción, con 963 puntos. Y el nuevo jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, se situó en el puesto decimoséptimo, con 931 puntos.

Junto a ellos encontramos a varios de los actuales «nuevos mandos». Por ejemplo, el segundo de esta primera promoción, con 960 puntos, fue Julio Arevalo Aguirre, recién nombrado jefe de Coordinación General de Riesgos. En su currículo destaca que antes de entrar en la Ertzaintza aspiró a formar parte del Cuerpo General de Policía. Fue admitido para las oposiciones en mayo de 1978, tiempos preconstitucionales en los que ya sabemos cómo se las gastaba la Policía española. Se cuenta de él que estuvo siempre enfrentado a los gobiernos jeltzales y que fue uno de los fundadores del sindicato policial ErNE.

José Ramón Lezertua fue también de los más aplicados de la promoción. Obtuvo la quinta plaza. Va a ser el nuevo jefe de Seguridad Institucional, cuando en estos años lo ha sido prácticamente todo en la Ertzaintza. En el 2000 mandaba en todo el área de Seguridad Ciudadana y en 2007 pasó a dirigir el área de Investigación Criminal. Acusado por ciertos medios de no detener militantes de ETA, fue relegado a la unidad de guías caninos por Rodolfo Ares. En 1989 estuvo a punto de ser expulsado de la Ertzaintza tras ser condenado por desacato a la juez Elisabeth Huertas, a la que en 1988 tuvieron retenida cinco horas en un caserío impidiendo que el CNP se hiciera cargo del levantamiento de un cadáver.

También son de esta primera promoción el nuevo jefe de Relaciones Institucionales y de Comunicación, Lucio Cobos, que como el resto ya era sargento en 1983 y al que en la legislatura pasada Rodolfo Ares encargó la creación de la División Antiterrorista. Ha recibido una condecoración del Gobierno navarro de Yolanda Barcina.

Juan Miguel Kintana, jefe de la Brigada Móvil, ya era uno de los responsables de los beltzas en 1985. Aquel año tuvo un altercado con la Guardia Civil en las labores de rescate e investigación del accidente de avión del monte Oiz.

De los actuales mandos, el que peor puesto obtuvo en al primera promoción fue el jefe de Tráfico, Antonio Fontaiña Zabalo, que quedó en el lugar número 449. El diario «El Correo» informó esta semana que hace cinco años, siendo número 2 de Asuntos Internos, falseó un recurso para evitar una multa, por lo que fue cesado de su cargo.

La tercera promoción

En el siguiente tramo de antigüedad se sitúan los once de los nuevos mandos que pertenecen a la tercera promoción, la que entró en Arkaute el 14 de noviembre de 1983. Salieron de la academia en verano del siguiente año.

Se trata de Josu Bujanda, Jon Ziarsolo, José Ignacio Sola, Gorka Azarloza, José Agustín Blasco, Iñigo Ibarra, Josu Markaida, Roberto Alava, Alfonso Garaikoetxea, Joseba Urrutia y José María Yurrebaso.

Problemas en los tribunales

Al menos dos de los miembros de esta tercera promoción han tenido problemas con los tribunales.

Jon Ziarsolo es el nuevo jefe de la Oficina Central de Información, un órgano considerado como «eje vertebrador» entre las dos divisiones de la Ertzaintza en la nueva estructura. En 1993 fue imputado y juzgado por torturas a Andoni Murelaga, que relató que durante su estancia en manos de la Ertzaintza había sufrido golpes y diversas amenazas, entre ellas la de violar a su esposa que también estaba detenida.

Los forenses que visitaron los dos primeros días al detenido, no apreciaron marcas. Pero al tercero, tras diversos problemas, los médicos pudieron volver a visitarle y tenía moratones en cuerpo y cara. Luego se comprobó, además, una costilla rota. También los forenses de la Audiencia Nacional levantaron acta de su estado.

La Fiscalía no dudó en pedir cárcel para él y para el resto de imputados, pero finalmente el juez lo absolvió alegando que las pruebas eran insuficientes porque no quedaba totalmente descartado que las heridas pudieran ser producto del forcejeo de la detención.

El otro mando que ha tenido problemas con los tribunales es el jefe de servicio de Seguridad Ciudadana, Gorka Azarloza. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco lo consideró responsable de acoso moral a una pareja de agentes, cuando dirigía la la comisaría de Gernika. Los hechos tuvieron lugar entre 2000 y 2004, y la sentencia es de 2009. Se trata de la primera condena por mobbing en el seno de la Ertzaintza.

Una estructura pendiente aún de recursos

La nueva estructura de la Ertzaintza puede verse todavía cuestionada por recursos judiciales ya presentados y otros que se anuncian.

El propio jefe máximo, Jorge Aldekoa, tiene recurrida su plaza de intendente por otro aspirante que considera que tenía derecho a una puntuación mayor. Está por ver qué ocurriría en caso de que Aldekoa se viera desposeído de su rango profesional y cómo podría el Departamento de Seguridad justificar su mantenimiento como el más alto cargo policial.

El sindicato ErNE ha anunciado además que en cuanto los nombramientos se hagan oficiales recurrirá los saltos en el escalafón, como por ejemplo el de Maite Salaberria, que ha sido nombrada jefa de Investigación Criminal sin ser intendente. I.I.