Igual que hace años un gigantesco derrumbe en la aguja del Dru dio al traste con el famoso Pilar Bonatti, uno de los mitos de la escalada alpina, ahora otro enorme desprendimiento en el macizo de la Civetta -Dolomitas- hace desaparecer el spigolo de la Cima Su Alto, con dos itinerarios «legendarios», la vía Piussi de 1967 y la Livanos de 1951.

Quizás no tiene mayor importancia, salvo constatación de que uno empieza ya a vivir tiempos casi geológicos y que las diferentes formas de la erosión hacen su trabajo. Lo que se eleva tiende a caer, y lo que sobresale a igualarse con el entorno. Todo es, al parecer, cuestión de tiempo; ese tiempo del que andamos tan escasos, siendo la vida lo corta que es... ¿o a lo mejor es muy larga?

El caso es que hay un sinfín de vidas y mundos que discurren de forma paralela, y así el 16 y 17 de noviembre, bajo el nombre de ClimeLeb 2013 (haciendo referencia a climbing, clime, Lebanon), ha tenido lugar la primera reunión de escalada del Líbano, en la pared de Amchit, cerca de la histórica y fenicia Byblos, de cuyo nombre griego viene al parecer la palabra biblia, libro.

Un centenar de escaladores locales y extranjeros han deambulado por la roca, a treinta kilómetros al norte de Beirut y a poco más de las masacres cotidianas de Siria, en un intento de promocionar esta actividad turística, en un país con seis estaciones de ski y montañas que alcanzan los tres mil metros de altura. Para algunos la vida puede ser demasiado corta, para otros sencillamente insoportable.