Bhavan JAIPRAGAS (AFP) SINGAPUR

La otra cara de la Singapur multiétnica sale a la luz tras una ola de disturbios raciales

Cientos de trabajadores extranjeros de origen indio se enfrentaron en la madrugada de ayer con la Policía, lo que evoca la otra cara de la ciudad-Estado y su idílica imagen multiétnica.

Según la versión policial, los enfrentamientos comenzaron tras la muerte de un inmigrante atropellado por un autobús en el barrio Little India (la Pequeña India), donde miles de peones llegados del subcontinente indio se reunen todos los domingos para aprovechar su día festivo.

El balance oficial eleva a 18 las personas heridas en unos disturbios que acabaron con 25 vehículos incendiados, 16 de ellos policiales. La Policía aseguró además que en sus filas se registraron 10 heridos.

27 personas, 26 de ellas originarias de Asia del Sur, resultaron detenidas en unos enfrentamientos que evocan a los disturbios raciales que tuvieron lugar en Singapur en 1969. Las imágenes, inusuales desde entonces, revelan la otra cara de la ciudad-Estado, donde impera un orden absoluto impuesto por la axfisiante presencia policial. La rica capital financiera cimenta su éxito en una cohorte de trabajadores extranjeros, sobre todo indios, totalmente ajenos al milagro económico de Singapur y mirados con recelo por los singapurienses de origen.

El primer ministro, Lee Hsien Loong, prometió castigar a los culpables e insistió en que «estos disturbios son un incidente aislado provocado por una turba indisciplinada que respondió a un accidente de tráfico. No debemos dejar que este desgraciado incidente ensombrezca nuestra percepción de la comunidad de trabajadores extranjeros», instó.

«Dios mío, ¿cómo puede pasar algo como esto en Singapur?», se preguntaba «Hayeden» en uno de los muchos comentarios que se han multiplicado en las redes sociales.

Los analistas han lanzado un grito de alarma advirtiendo de que podríamos estar en puertas de un retorno a los años de violencia en Singapur de finales de los sesenta, marcados por los disturbios raciales.

«Se trata de un incidente aislado», asegura Devaas Krishnadas, fundador de Future-Moves, una asesoría sobre escenarios de riesgo. «El hecho de que haya implicado a trabajadores extranjeros es fortuito y no central. No hay ningún dato que permitiría establecer una generalización de grupo, raza o sexo», insiste.

Los singapurienses de etnia china son la gran mayoría de la población de 5,4 millones, seguidos de malayos e indios.