IBILIZ IBILI | Javier Iturritxa

Amaritu y Armikelo un agradable recorrido por la inadvertida Sierra de Arrato

Este recorrido se encuentra en la Sierra de Arrato. Una sierra que se encuentra a pocos kilómetros de Gasteiz y que, sin embargo, es poco visitada. Parece ser que la sombra del Gorbea eclipsa la luz propia con la que brilla esta sierra.

En estos parajes nos toparemos con un tipo de paisaje del que solo podremos disfrutar en la Sierra de Arrato y en la de Badaia. Esto es, combinación de bosques de encinas, suaves y largas cuestas, piedra de caliza descompuesta, desgastadas montañas...

Por último, destacar que a lo largo del recorrido notaremos el cambio de clima y de paisaje que se produce entre la parte sur y norte del mismo, todo un placer para los sentidos.

Desde el aparcamiento de la bolera descenderemos por el pueblo de Apodaka dirección noroeste. De esa manera, llegaremos al río Zaia. Remontando el curso del río nos toparemos con un histórico puente de la época de los romanos que atravesaremos.

Nada más pasar el viejo puente, tenemos una bifurcación de pistas, cogeremos la de la derecha. Y al poco, atravesaremos una langa que nos pasa al monte, terreno de aventura. Nada más pasarla, veremos a nuestra izquierda una línea de grandes mojones. Van por adelantado mis agradecimientos a quien o quienes se han molestado en ponerlos ahí para que los disfrutemos todos. A partir de ahora, simplemente nos toca seguir dichos mojones siempre hacia arriba. A ratos iremos por pista y a ratos iremos por sendero para llegar, en breve, a la cumbre del Amaritu (787 m).

Aquí las vistas que tenemos hacia el norte, esto es, hacia el escondido valle de la Sierra del Arrato son simplemente impresionantes, no os las perdáis.

Bajaremos hacia el oeste por el único sendero que hay. Llegando a una bifurcación, torceremos a la derecha. En breve nos tocará saltar una langa para seguir bajando por una pista. Así es como llegaremos a un collado y, a la vez, a un cruce. En él, torceremos hacia la derecha para ascender, gracias a una nueva pista, por toda la loma del monte. Es muy evidente, consiste en seguir el perfil del monte hacia el oeste. Y de esa manera, tan simple como placentera, llegaremos a la mismísima cumbre del Armikelo (888 m).

Desde allí bajaremos por la larra al collado norte y subiremos a una nueva cima que tenemos en frente. Para algunos, este nuevo monte es La Plana (887 m). Para otros, en cambio, ese es el auténtico Armikelo. Esto último, probablemente, no tenga tanta importancia como la que le damos a veces.

Desde La Plana llanearemos hacia el norte para llegar a la Cota Norte (valga la redundancia). Y en dicha cota cambiaremos nuestro rumbo hacia el sureste, bajando así por el filo de la montaña. En este tramo no tenemos sendero. Sin embargo, es muy intuitivo, ya que consiste simplemente en seguir dicho filo. Cuando lleguemos a la vaguada, nos incorporaremos al único sendero que va por todo el fondo del valle.

Dicho sendero atraviesa un par de veces el río para, más adelante, ponerse paralelo a una langa y convertirse en pista. Al poco de saltar una langa que nos encontraremos de frente, veremos un desvío a la derecha marcado con las señales blanquirrojas del GR. Si queréis, podéis volver siguiendo dichas marcas a Apodaka. Yo, en cambio, la ruta que he elegido hoy es seguir por la pista. Aunque os recomiendo desviaros un poco de la ruta por dichas marcas para llegar en breve a un río con un curioso y rudimentario puente hecho con tres grandes piedras que merece un vistazo.

Volviendo a nuestra ruta, si seguimos la pista, llegaremos al pueblo de Letona. Una vez allí, cogeremos una marcada y cuidada pista a la derecha que se dirige al sur. Esta pista nos deja directamente en Apodaka. Por cierto, en este último tramo deberemos atravesar un río que, según como baje, os obligará a quitaros las botas y atravesarlo descalzos. Por eso, elegid bien la época. Aunque ya sabéis que sarna con gusto no pica.