Joseba VIVANCO
Susaeta no transformó un penalti en la primera mitad

Más juego que premio

Los rojiblancos fueron superiores a un Sevilla que echó en falta a Rakitic, mostraron la necesaria ambición para ir a por los tres puntos, pero les pesó demasiado la falta de oportunidades de gol y de ese último pase.

SEVILLA 1 - ATHLETIC 1

Perdónenme el recurso, pero alguien dijo que como en la masturbación, la belleza del fútbol está en los tres últimos toques. Pues bien, el Athletic ayer en el Sánchez Pizjuán sufrió, como vulgarmente se dice, un `gatillazo'. Porque a los leones les faltó ese último toque, ese último pase, esa asistencia final que posibilite el remate a gol. Incluso se permitió el lujo de marrar un penalti, el segundo seguido este curso y el enésimo desde que Aitor Larrazabal colgara el chupete. Fueron mejores los de Ernesto Valverde que un Sevilla que echó en falta al croata Rakitic más que Marco a su mamá. Pero si dominas y no tienes ocasiones, es fácil terminar sumando un empate. Como ayer.

Un punto que seguro sabe a poco, pero que suma y sigue, que es lo que cuenta. Porque si los rojiblancos firmaron en casa ante el Villarreal su partido más serio o ante el Barcelona su choque más intenso, el de ayer en Heliópolis fue el más completo de los jugados lejos del abrigo de San Mamés. Buena imagen de los bilbainos, encuentro jugado para ganar, siendo claro dominador del juego, de la pelota y dejando palpable, además, que en todo momento tuvieron en mente la victoria. Y quizá ahí radique el botín más preciado que se traen de Sevilla.

Sobresaliente un Muniain que no bajó los brazos un minuto, fue un constante incordio y capitalizó muchas transiciones ofensivas, enormes en la cadencia y la contención la dupla Itu-Rico, un buen Ander Herrera más participativo, fantástico Laporte atrás en tareas defensivas y ofensivas siempre secundado por la garantía de Gurpegi y el aplomo que ahora mismo da Iraizoz, y un Balenziaga que se ha adueñado del lateral izquierdo por méritos y no por necesidades del guión. De notable se puede calificar la nota de los leones en Sevilla, que solo dieron síntomas de debilidad en las jugadas a balón parado, donde los andaluces pusieron toda su pólvora en las cabezas de Fazio, M`Bia o el enredador Bacca.

Más allá de esas jugadas puntuales sobre las que los rojiblancos estaban ya avisados, de los minutos finales de la primera mitad en que se alocó el juego y quizá un ansia un tanto suicida de jugar con fuego en el último tramo del partido, al dominio del Athletic solo le faltó el remate y no el acierto cara a puerta, que apenas fue examinado, sino la culminación con un centro medido de esas jugadas trenzadas por banda o de izquierda a derecha y al contrario, que no terminaron de cuajar. Quizá por ello a Toquero, otra vez titular, no se le viera más allá de su tesón en el gol rojiblanco, aunque Aduriz, en la media hora de que dispuso, la tuviera de cabeza casi en el minuto noventa.

Es cierto que el Sevilla se cerraba más que bien con muchos hombres atrás y fiaba casi todo a unas contras que tampoco terminaban en nada. Lo malo es que el Athletic tampoco supo aprovechar un par de buenas salidas en superioridad que tuvo en la primera mitad y a las que les faltó precisamente eso, la definición última.

Dos tiempos, un solo dueño

Llegaban los bilbainos a orillas del Nervión con la posibilidad de abrir una esperanzadora brecha respecto a muchos de sus seguidores y con la posibilidad de terminar cuartos el año. Para eso requería de una victoria a por la que fue, de principio a fin, aunque al final se trajera un puntito que tampoco viene mal.

¿Recuerdan la película ``El sargento de hierro'' con Clint Eastwood retando a sus reclutas a que vistieran una camiseta de color cada mañan a ver si acertaban con la que él se presentaba a tocar diana? Pues a eso se parecen las alineaciones de Ernesto Valverde en lo que parece un juego al despiste con la prensa deportiva. Ayer, el técnico se sacó de la manga a De Marcos en el lateral en lugar de Iraola, que se perdía así su primer partido la presente campaña y hará mucho tiempo que se pasaba los 90 minutos en el banquillo.

Y en esa misma banda, Unai Emery situaba atrás al defensor Fernando Navarro y por delante al teórico lateral Alberto Moreno. Parecía que en ese carril ambos entrenadores veían la clave del partido, y lo cierto es que fue la parcela del campo más pisoteada durante el choque, sobre todo por parte sevillista. Pero con lo que ninguno contaba es que a los cinco minutos el partido iba a reflejar ya un empate a uno, merced, primero, a una jugada de libro de los locales a la salida de un córner que rubricaba el propio Moreno y, segundo, a los balones nunca dados por perdidos de Toquero que lo ganó en pugna con el portero andaluz para después decirle a Susaeta, como el jugador argentino que le dió el pase a Maradona en el mediocampo para conseguir aquel golazo ante Inglaterra, «después del pase que te di....como para no meter el gol». Uno-uno y vuelta a comenzar.

Primera mitad para el Athletic, que secó las salidas sevillistas, con M`Bia impotente para frenar la medular rojiblanca, con Muniain haciendo mucho daño yéndose hacia dentro, y Susaeta liderando ataque por banda derecha. Juego intenso, posesión visitante, un disparo del de la Txantrea que Beto saca, un cabezazo andaluz que Iraizoz despeja a una mano cayéndose, y la dichosa jugada del penalti. Mano de Bacca en el área, apenas dos minutos para irse a vestuarios, y Susaeta, el encargado, lo falla, o lo acierta Beto según se mire. Ahí, vista la segunda mitad, se les fueron los tres ansiados puntos.

Poco cambió el decorado en la reanudación. Cortó Iturraspe, siempre presto a achicar, una ocasión de Bacca tras el único error de Laporte, y ahí desapareció ofensivamente el Sevilla más allá de merodear la meta de Iraizoz en sus peligrosos balones parados y meter a Iborra y Perotti para apuntalar su centro del campo. Siguió con el dominio el Athletic, liderado por el siempre dispuesto Muniain al que le salía casi todo pero sigue fallando en la decisión final, cabeceó alto Laporte un córner, disparó lejano Herrera a las manos de Beto, remató con la testa Aduriz un saque de Ibai y cuyo destino eran las telarañas de la escuadra hispalense... Incluso Ibai la tuvo ya casi sobre el pitido final. Pero siempre con la diana desenfocada.

Dejaron los leones una grata imagen, no hubo vestigio alguno de la supuesta presión, tampoco del tan cacareado miedo a dar un paso de gigante, y sí dejaron muestra de su ambición por mandar en los partidos, por la victoria, y lo mejor, durante casi los 90 minutos, sin lagunas como en otras ocasiones. El mejor aval para encarar la vuelta de la Copa ante el Celta, porque el empate aquí sí que no vale.

Un Valverde satisfecho valora que «la ambición siempre ha sido la de ir a por el partido»

Ernesto Valverde compareció no eufórico, pero satisfecho más que por el punto cosechado en un campo muy difícil, por la imagen transmitida por los suyos y, sobre todo, por «esa ambición de ir siempre a por el partido». Quizá ahí radique el botín más valioso que se trae el Athletic de Sevilla. Txingurri asumió que a su equipo le faltaron las ocasiones, sobre todo para el dominio que han acumulado a lo largo de los noventa minutos. «Podemos pensar en habernos llevado los tres puntos, pero me voy satisfecho porque hemos ido a por la victoria hasta el minuto noventa», fue su balance final de los visto. «Lamento no haber tenido ocasiones más claras», fue su único pero al juego desplegado por los rojiblancos, amén de ese nuevo penalti fallado. Confirmó que Markel Susaeta era el hombre elegido para lanzarlo, pero no pudo ser. «Es algo extraño pero que pasa desde hace años. Seguiremos intentándolo», se limitó a contestar.

Valverde reveló que habían trabajado la defensa a balón parado del Sevilla, donde los andaluces les ganaban en altura y «Emery es el número uno en eso». Sin embargo, el primer gol vino por ahí y se sufrieron en esas jugadas para las que se había trabajado en Lezama. Al final, un punto que «no nos distancia, pero la intención es seguir sumando». Su conclusión, que «el partido de hoy nos refuerza en cuanto al juego».