La reunión mantenida el domingo entre la dirección y el comité de empresa finalizó sin acuerdo y los trabajadores, 460 en total, iniciaron ayer una huelga indefinida en protesta por los planes de la empresa para reducir sus pérdidas y en contra de la aplicación de la reforma laboral. Los trabajadores reiteraron ayer que están dispuestos a continuar con las movilizaciones hasta que las negociaciones con la empresa «cojan un rumbo claro que se pueda aceptar».

Así lo manifestó el presidente del comité de empresa Alberto Iribarren (UGT), quien indicó que los servicios mínimos del 60% en horas punta y 40% en el resto se estaban cumpliendo pero con importantes retrasos, tal y como confirmó también la empresa adjudicataria del servicio, TCC.

Fuentes de TCC afirmaron que los retrasos se registraron en todas las líneas por la presencia de piquetes informativos en el momento en el que los autobuses afectados por los servicios mínimos salían de cocheras.

Las líneas con mayor acumulación de retrasos, de hasta hora y media, fueron la L2, L5, L20, L15, L6 y L18, según dicha fuente, que señaló que, a las 10:30 horas, se reestableció el horario normal aunque siguieron los retrasos ante la acumulación de personas en las paradas.

Al mediodía, la incorporación de los autobuses a los servicios de hora punta de las 13.00 volvió a provocar de nuevo retrasos de hasta 40 minutos.

Después de los contactos mantenidos el fin de semana y que no han dado frutos, el presidente del comité señaló que están a la espera de que la dirección se ponga en contacto con ellos para solventar las diferencias. No obstante, desde la compañía TCC señalaron que no tienen previsto convocar a ninguna reunión ya que ellos ya han firmado el documento marco de nuevo convenio que la Mancomunidad entregó el domingo a las partes.

Dicho documento plantea un convenio para tres años (2014-2016), con la bajada salarial del 5,38% establecida en el laudo arbitral de la Comisión Consultiva de Convenios, lo que supone dejar sin efecto los incrementos acumulados desde 2010.

Los trabajadores han mostrado su disposición a aceptar la rebaja salarial del 5,38%, pero a cambio de un reparto de posibles beneficios entre los trabajadores en 2015 y 2016.