Natxo MATXIN
Empate a uno en El Sadar

Los apuros no faltaron a la triple celebración rojilla

El pase a los octavos coperos fue la guinda a los 500 encuentros de Patxi Puñal y los 1.000 de El Sadar.

OSASUNA 1

MÁLAGA 1

No se pudo celebrar de mejor manera los 500 encuentros de Patxi Puñal y los 1.000 de El Sadar que superando unos dieciseisavos coperos, cuya vuelta comenzó de manera plácida, pero acabó como casi siempre que Osasuna es el protagonista, con muchos apuros. Finalmente, pudo haber triple celebración y ahora, si la lógica deportiva se impone y con permiso del Xátiva, será el Real Madrid el próximo rival de los rojillos.

Encarrilar la clasificación no pudo ser de manera más rápida. Apenas el reloj había superado el medio minuto para cuando Osasuna ya se había puesto por delante. En una jugada de fortuna, todo sea dicho, o de fallo defensivo del rival, según se mire. Un centro de Cejudo por la derecha trató de ser interceptado por Weligton, pero su golpeo con la tibia -de ahí nunca sale nada bueno- acabó en una especie de envenenada vaselina que se coló pegada al poste, mientras a Kameni solo le quedaba el recurso de hacer la estatua.

A las primeras de cambio, al Málaga se le complicaba su cometido de ganar en El Sadar, obligándole a meter dos goles. En cambio, a los anfitriones el 1-0 les afianzaba en su idea de mantener guarecidos sus cuarteles de invierno e intentar salir lo más rápido posible a la contra. Hombres como José García o Manu Onwu parecían los ideales para jugar de tal manera.

Lo cierto es que el joven valor de la cantera rojilla pudo incluso aumentar la diferencia después de un gran recorte en el área rival (m.21) y un chut que se quedó a medio camino entre superar por alto al meta malacitano y servir a Cejudo, que venía lanzado desde atrás. La acción tuvo continuidad en otro chut de Armenteros (m.23), con escaso ángulo, pero precisión, aunque lo interceptó Kameni.

De esa fase se pasó al último cuarto de hora del primer tiempo, bastante más insulso y con un Málaga pasando demasiado tiempo en los dominios rojillos, pese a que su posesión del esférico y acometidas no se tradujeron en ocasiones claras de gol. Los de Schuster volcaron la mayor parte de su tarea en el flanco izquierdo local, con lo que a Joan Oriol y Arribas se les acumuló el trabajo y, en algunas ocasiones, no lo resolvieron con toda la solvencia necesaria.

Riesgo se la traga

La misma tónica se prolongó tras el descanso, al menos durante el primer cuarto de hora. Hasta que llegó el disparo aislado desde fuera del área de Eliseu y Riesgo se tragó un chut que entró por la zona central de la portería. Desde ese momento, el choque entró en una dinámica totalmente diferente, el Málaga creyó en el pase y Osasuna se vio obligado a apretar los dientes, no sin la consiguiente dosis ya habitual de nervios.

El cuadro andaluz se vino arriba, si bien Armenteros pudo finiquitar la eliminatoria en el 71, cuando solo ante Kameni trató de colocar pegado al palo, pero el cancerbero camerunés le adivinó la intención con una memorable parada. A partir de ahí la tensión se pudo cortar, con los locales metidos en su área durante el último tramo del envite y el Málaga poniendo toda la carne en el asador para marcar el segundo, objetivo que no pudo alcanzar.

«Agradecido por las muestras de cariño»

Ayer el protagonista número uno era Patxi Puñal. No todos los días se cumplen 500 partidos con la misma camiseta y, lógicamente, la grada le mostró todo su cariño al gran capitán uhartearra. «Estoy muy agradecido a la afición, por la pancarta de Graderío Sur y los carteles con la cifra de 500 partidos y, lógicamente, también al club», subrayó.

El centrocampista rojillo se sinceró como un privilegiado «por seguir disfrutando de esto», en referencia a jugar al más alto nivel, si bien reconoció que, ahora mismo, está más pendiente del día a día y del próximo compromiso liguero que de pararse a pensar que está haciendo historia, «aunque vosotros -por los periodistas- os encargáis de recordármelo», dijo con una sonrisa.

En todo caso, el futbolista navarro sí que admitió que las cifras que ha ido acumulando «no son fáciles de batir porque por aquí han pasado muchos jugadores en la historia del club», aunque «antes o después pasará alguno que las supere». «Es la gente con la que coincides en el césped la que más valora los números porque sabe de lo difícil que es jugar tantos partidos», añadió.

También su técnico, Javi Gracia, le dio públicamente la enhorabuena a Puñal y, ya entrando en el análisis del encuentro, aseguró que el gol «tempranero» de Weligton en propia puerta facilitó el juego de los suyos, «especialmente en la primera media hora». «Después nos ha tocado defender, somos sufridores», abundó.

Por su parte, el preparador malacitano, Bernd Schuster, señaló que «lo que valen son los goles, aunque dominamos gran parte del partido». Interpelado sobre si la eliminación le vuelve a poner en la picota, respondió con un «sí, seguro», con mucha sorna. Fuera de micrófono, le llamó «muy inteligente» al compañero que le realizó la pregunta. Muy típico del alemán. N.M.