«Realmente el que está agradecido soy yo de estar tantos domingos con esta camiseta y disfrutar del fútbol como he disfrutado y lo sigo haciendo», afirmó humilde Patxi Puñal por la cifra de 500 partidos jugados con Osasuna que alcanzó el martes ante el Málaga. El capitán añadió que el agradecimiento es «mutuo» a todos sus compañeros, empleados del club, presidente y junta directiva, que le acompañaron en una rueda de prensa muy especial.

«Hasta ahora estaba muy tranquilo y ahora estoy un poco nervioso», comentó un Puñal que en el campo prefirió no recibir ninguna celebración para poder estar «centrado». Aunque no quiso «parecer desagradecido», explicó que cuando está compitiendo no le interesa que nada le «desvíe la atención».

Al centrocampista le vienen a la cabeza «más los momentos buenos» y la satisfacción del «deber cumplido», porque el desenlace de las temporadas «siempre ha sido feliz» y prefiere quedarse con lo «bueno», aunque, en su opinión, los «momentos duros» unen «tanto o más» que los buenos.

El de Huarte admitió que sus 38 años y los 500 partidos a sus espaldas «sin duda» le marcan a la hora de afrontar los partidos. «He crecido aquí y he visto muchos jugadores pasar por la casa», un motivo de «mucha satisfacción», aunque más que los homenajes, lo que le importa es «sacar adelante» el choque del domingo ante el Celta. Es decir, que el momento de «echar la mirada atrás y valorar todo esto» llegará cuando se retire.

Seguro de que algún compañero como Miguel Flaño batirá su récord, Puñal recordó su debut ante el Eibar en 1997 como fecha «señalada», aunque no lo disfrutara por los «nervios», y se queda con la final de la Copa en 2005 por la «ilusión de la ciudad y el ambiente que se creó». También recordó a Lotina, quien le hizo debutar en Primera y le defendió «a capa y espada».