A.E.
Obituario: Germán Coppini

Malos tiempos para la lírica

Posiblemente Germán Coppini le hubiera encontrado su lectura irónica a lo de morirse en Nochebuena. Cantante y fundador de dos grupos gallegos que marcaron la música de los 80, en la famosa Movida, este hombre comprometido se murió la noche más triste del año. Tenía 52 años. Muchos medios titularán, como nosotros, con el encabezamiento de una de las canciones que Germán Coppini convirtió en la banda sonora de una generación, señal inequívoca de que sus canciones y su voz se han quedado como parte del imaginario de quienes vivieron los 80.

En noviembre de 1982, la discográfica DRO puso en el mercado el álbum «¿Cuándo se come aquí?», del grupo punk gallego Siniestro Total. Significó «el inicio de los inicios, la creación del mundo -reconocía Coppini en una entrevista con Efe en 2012-. Vivíamos una época de euforia. Había muchas cosas, fanzines, nuevos programas de radio, sellos discográficos y había un denominador común: no había reglas. Y si las había, nos las saltábamos a la torera, eso era lo excitante». El primer single, dedicado a Jomeini, titulado «Ayatolah», hizo que esta joven banda, formada por Coppini a la voz, Miguel Costas, Julián Hernández y Alberto Torrado, se colocara en el mapa musical estatal. De los encontronazos y sus deseos de buscar otros caminos surgió, en 1983, Golpes Bajos, el grupo por el que Coppini abandonó Siniestro Total y unió fuerzas con el músico y compositor Teo Cardalda; era un proyecto en el que reveló su cultura musical y literaria.

En estos años el grupo gozó del éxito de público y de crítica, pero el filón se fue agotando y, en 1985, la formación se disolvió. Sus seguidores tuvieron que esperar dos años más para que Coppini se decidiera a grabar su primer disco en solitario: «El ladrón de Bagdad» (Hispavox, 1987), y en 1989 llegó su segundo trabajo, «Flechas negras», donde versionó a clásicos del soul.

Entrada la década de los noventa, sus apariciones fueron mínimas, excepto por un intento de recuperar Golpes Bajos que acabó con un desastre económico y con Coppini que no quería saber nada de Cardalda. En 2001, se presentó a las elecciones generales en la lista del partido Republicanos. En su última entrevista, publicada con motivo de su fallecimiento en la revista musical «Efe Eme», Coppini hablaba de música y de política: «Estos son tiempos terribles, ya no son malos tiempos porque en los malos tiempos podías agarrarte a que, bueno, seguía el lirismo, el lirismo formaba parte de ti y en un momento dado veías algo que te inducía a pensar que no estabas solo; estos días son tiempos terribles. Hace falta una unión popular cien por cien y tener las cosas claras y pedir lógicamente desde todos los foros la dimisión de este Gobierno sí o sí, por todo lo que han engañado, por todo lo que se han llevado. Hay que intentar cambiar las cosas, este mundo está muy mal construido y a nivel político discrepo totalmente, esta monarquía ha llegado hasta donde ha llegado».