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Damasco y Hizbulah se desvinculan de la muerte de un asesor de Hariri

El exministro libanés Mohamad Chatah, asesor de Saad Hariri y contrario al presidente sirio Bashar al-Assad, murió ayer, junto a otras cinco personas, en un atentado con coche bomba en Beirut. La coalición 14 de Marzo imputó la acción a Damasco y a Hizbulah, que se desmarcaron, e instó a trasladar el caso al Tribunal Especial para Líbano, que en tres semanas juzgará a cinco militantes de Hizbulah por la muerte de Rafiq Hariri.

El estallido de un coche bomba cargado con entre 50 y 60 kilos de explosivo en Starco, un barrio residencial de Beirut, acabó a primera hora de la mañana de ayer con la vida de seis personas, entre ellas la de Mohamad Chabah, exministro libanés de Finanzas, asesor del ex primer ministro Saad Hariri y hostil al régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, un atentado que marca una nueva escalada en un país dividido entre partidarios y opositores a Damasco y donde los enfrentamientos se han multiplicado desde pocos meses después del comienzo de la guerra en Siria.

La acción, que dejó más de 70 heridos, se produjo tres semanas antes de que comience el juicio contra cinco miembros del partido milicia chií libanés Hizbulah en el Tribunal Especial para Líbano (TEL) que investiga el ataque que en 2005 acabó con la vida del ex primer ministro Rafiq Hariri, padre de Saad, y otras 21 personas, y que llevó a la retirada de las tropas sirias del país después de casi tres décadas de ocupación.

La explosión se produjo hacia las 09.40 (08.40 en Euskal Herria) al paso del coche de Chatah, cuando se dirigía a la casa de Hariri, que se encuentra en el extranjero, donde estaba prevista una reunión de miembros de las Fuerzas del 14 de Marzo, coalición contraria a Al-Assad.

Quizá por eso, las primeras sospechas apuntaron a Hizbulah, ya que apoya a Al-Assad en la guerra de Siria, a donde envió combatientes, y Chatah era un fuerte detractor del régimen de Damasco. Sin embargo, el movimiento chií condenó el atentado y lo calificó de «crimen atroz», en una nota en la que señaló que ese crimen «busca sabotear la estabilidad y la unidad nacional (...) y sólo beneficia a los enemigos de Líbano».

Hizbulah instó, además, a los libaneses a la «racionalidad y sabiduría para hacer frente a las amenazas que pesan sobre el país» y a las fuerzas de seguridad y al poder judicial a «incrementar sus esfuerzos para encontrar a los responsables de este acto criminal y llevarlos ante la Justicia».

«Son los mismos»

Minutos antes, Saad Hariri había acusado a Hizbulah de estar detrás del ataque. «Los que han matado a Chatah son los mismos que mataron a Rafiq Hariri; los que eluden la Justicia internacional y se niegan a comparecer ante el TEL los que exponen a Líbano y a los libaneses (...) al caos y propagan el incendio regional a la nación (libanesa); los que quieren asesinar a Líbano, humillar y debilitar al Estado», aseguró en las redes sociales.

Pero las Fuerzas del 14 de Marzo apuntaron también a Damasco. «El asesino es el mismo, sediento de sangre siria y de sangre libanesa en Beirut, en Trípoli... en todo Líbano; el asesino es el mismo, él y sus aliados libaneses, en Deraa, Alepo, Damasco... en toda Siria», subrayó el ex primer ministro Fuad Siniora en alusión a Bashar al-Assad, al dar lectura a un comunicado de la coalición.

El Gobierno sirio desmintió cualquier relación con el atentado y tachó esas acusaciones de un «estúpido e inútil intento» de desviar la atención del hecho de que Hariri y sus aliados «están financiando a grupos terroristas» para derrocar al régimen de Damasco, e hizo un llamamiento a «todas las personas honestas de Líbano para que hagan frente al terrorismo que algunas partes libanesas protegen».

El 5 de setiembre, Chatah escribió en su blog que una «Siria unida y pacífica simplemente no es posible bajo Assad (...). No podemos volver en statu quo anterior. Irán y Hizbulah deben ser conscientes de ello más que nadie». Y en su último tuit, una hora antes de su muerte, atacó a Hizbulah, al que acusó de hacer el juego del régimen sirio en Líbano, dónde Damasco ejerció una tutela durante 30 años.

El atentado contra Chatah es el primero de este año contra una personalidad de las Fuerzas del 14 de Marzo. Hasta ahora, las víctimas habían sido las fuerzas de seguridad y Hizbulah, en sus bastiones, así como la Embajada de Irán -aliado también de Siria-, causando decenas de muertos, a diferencia del periodo entre 2004 y 2012, cuando los objetivos fueron políticos y periodistas contrarias al régimen de Al-Assad.

El ataque se produjo días antes del comienzo del proceso, previsto para el 16 de enero, contra los supuestos responsables de la muerte de Rafiq Hariri, que serán juzgados por el TEL y en el que están acusados cinco miembros de Hizbulah.

La coalición de las Fuerzas del 14 de Marzo instó ayer a que el TEL juzgue también a los autores del atentado de ayer. «Pedimos que sea transferido al TEL», indicó Siniora, quien aseguró que «los libaneses conocen a los asesinos de Chatah, ya que son los mismos criminales que nos amenazan a diario».

Mayor inseguridad

La seguridad se ha deteriorado en Líbano desde el inicio de la crisis siria, en marzo de 2011, con un aumento de los enfrentamientos sectarios, los muertes y los secuestros, y el atentado de ayer puede aumentar la sensación de inseguridad, ya que tanto residentes como fuentes diplomáticas estiman que quizá sea el inicio de una nueva etapa en la que «nadie puede sentirse protegido» al haberse producido en una zona considerada segura hasta ayer.

El atentado contra Chatah fue condenado de manera unánime por las autoridades libanesas, que destacaron su carácter «moderado», y también por la comunidad internacional.

Mueren decenas de yihadistas en una emboscada en Damasco

Decenas de combatientes yihadistas murieron ayer en una emboscada tendida por las fuerzas del régimen de Bashar al-Assad en una zona próxima a la localidad de mayoría cristiana de Malula, al norte de Damasco, según medios de comunicación oficiales y activistas.

Una fuente castrense dijo a la agencia siria Sana que los efectivos gubernamentales mataron a decenas de milicianos del Frente al-Nusra, vinculado a Al Qaeda, en una área entre Malula y la población de Al-Qastal, y se incautaron de sus armas.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) señaló que tras la emboscada, la pasada madrugada, se desencadenaron combates entre ambas partes, pero no precisó el número exacto de fallecidos.

Por otro lado, combatientes kurdos arrebataron ayer a milicianos yihadistas el control de al menos ocho aldeas de la provincia de Al-Hasaka, en Kurdistán Occidental. Según el OSDH, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo tomaron ocho localidades que estaban bajo el control del Estado Islámico de Irak y de Siria, vinculado a Al Qaeda, tras los combates que se iniciaron a medianoche del jueves. GARA