Elkarrizketa
Michael y Jeff Zimbalist
Directores

«No solo introdujo `el juego bonito'; Pelé es parte de la identidad brasilera»

La niñez y adolescencia del llamado «Rey del Fútbol» constituyen la trama del filme «Pelé», el cual se espera será estrenado semanas antes de la Copa del Mundo, que se celebra en Brasil.

La inspiradora historia del joven Edson Arantes do Nascimento ha encontrado quien la cuente. Después de escribir el proyecto de lo que será la biopic de «Pelé», los hermanos Jeff y Michael Zimbalist corrieron con la suerte de obtener el visto bueno del mismísimo astro del fútbol. Ya finalizado el rodaje, el cual se llevó a cabo durante ocho semanas este verano en Río de Janeiro, a «Pelé», tal como se titulará esta película, aún le falta algo de camino para poder ser estrenada un mes antes de que se inicie la Copa del Mundo de Fútbol en Brasil.

Esta travesía no ha sido tan de color de rosa. Ya en la pasada edición del Festival de Cannes, los Zimbalist, acompañados por los productores y el mismísimo Pelé (también productor ejecutivo de la cinta), se dedicaron a contarle a un selecto grupo de periodistas lo que será tal vez la biopic más esperada de todos los tiempos por los amantes del fútbol. Los directores y productores aprovecharon la oportunidad en la Costa Azul para emprender la cacería de posibles inversionistas y distribuidores de este filme a nivel mundial.

¿Cómo se inició este proyecto?

Jeff Zimbalist: Michael y yo hemos estado viviendo y trabajando en varios países de Latinoamérica los últimos años. Por ejemplo, en Colombia hicimos el documental «Los dos Escobar» (2010), el cual también estaba relacionado con el fútbol; estuvimos en Brasil para rodar «Favela Rising» (2005), y con esa experiencia se nos despertó la inquietud de producir un filme sobre Pelé.

Desarrollamos un proyecto de cómo sería la aproximación a la historia y se lo presentamos a la productora Imagine Entertainment. Nuestra intención es la de centrarnos en los primeros años de Pelé, antes de pasar a ser una celebridad; sería desde los nueve o diez años de edad hasta los 17, al convertirse en el futbolista más joven de la historia en la Copa del Mundo de 1958, cuando la selección brasilera ganó por primera vez el Mundial.

Michael Zimbalist: Queremos centrarnos en ese periodo de tiempo no solamente porque en su juventud rompió con todos los records posibles, sino también debido a que fue durante esa época cuando Pelé se vio en la necesidad de madurar rápidamente, lo cual tiene al mismo tiempo muchos paralelismos con el desarrollo de Brasil como país. Así que nos gustó la idea de presentar no solamente el nacimiento de una leyenda, sino también el de un país con una fuerte identidad como lo es Brasil.

¿Cómo han pensado entretejer la dramaturgia de la historia?

J.Z.: En el fondo esta película es sobre las consecuencias de tratar de ser alguien que en realidad no eres, y de cómo aprendes a convertir las debilidades en tus fortaleza. Uno de los aspectos más interesantes sobre Pelé, es que en aquel tiempo no existía nadie parecido a él. Cuando Pelé entró en la escena futbolística, fue visto como una herencia africana, y eso pasó justo cuando Brasil trataba de desmarcarse de ese legado para acercarse más a la civilización europea.

Suena bastante ambiciosa la intención de establecer el paralelismo entre Pelé y el despunte de Brasil como nación. ¿Cómo piensan abordarlo?

J.Z.: Una de las cosas que aprendimos haciendo «Los dos Escobar» es que la identidad nacional y el fútbol están muy relacionadas. Así que no se trata de una ambición, es un elemento bastante realista. Para nosotros sería muy artificial separar la vida de Pelé del destino de Brasil. Y si se ve detalladamente, no es un secreto que ambos se desarrollaron paralelamente. A partir de 1958 no solamente se introdujo «el juego bonito», también Pelé pasó a ser parte de la identidad brasilera.

M.Z.: Todo el país le acogió, y esa fue una decisión trascendental en aquel tiempo, ya que de cierta forma se empezó a aceptar su propia identidad. No hay que olvidar que en esos años a Brasil se le percibía como un país desesperado, incivilizado, y a través de la participación y triunfo de la selección brasilera en el Mundial en Suecia, quedó demostrado que esa nación estaba en capacidad de competir en arenas internacionales.

Tomando en cuenta las dificultades de filmar el fútbol, ¿cuánto de ese deporte será incluido en la película?

M.Z.: Estilísticamente queremos usar diferentes recursos, poniendo a la audiencia en el punto de vista de Pelé, para así lograr que se sienta identificada tanto con la historia como también con las emociones que genera el fútbol. Cuando empezamos a escribir el guion nos pusimos una regla, la cual consistía en que el actor tendría que estar inmerso en el desarrollo dramático de la historia. Queremos plasmar cómo un joven como Pelé se vio en la necesidad de controlar su gran talento, tal como un superhéroe lo haría con sus poderes para salvar al mundo (risas) La transformación de ese personaje sucede en dos planos: en el personal y en el profesional. Queremos atrapar al público amante del fútbol, pero también que el aspecto humano sea una inspiración.

¿La concepción de la película estará enmarcada dentro del género Favela Movies?

J.Z.: Esta no es la primera vez que nos metemos en una favela. A través de nuestro trabajo nos hemos caracterizado por no presentar violencia, ni armas, ni drogas... Después de vivir en ese entorno para realizar «Favela Rising», sabemos que el 99% de los habitantes de esas comunidades es gente buena, pacífica y trabajadora. Esa es la imagen que queremos dar en esta película; nuestra intención es que sea un homenaje a la cultura brasilera y de esas comunidades, el cual es el ambiente de donde provienen Pelé y una manera muy particular de jugar al fútbol.

En el Hotel Carlton de Cannes, los hermanos Zimbalist aún tenían por delante la búsqueda de dos chicos para encarnar al astro del fútbol en dos etapas. La intención era «encontrar talentos nuevos para este proyecto», comenta Jeff. «Esos chicos deben tener no solamente las condiciones físicas necesarias, sino también el carisma y el espíritu para asumir ese rol», apunta. «Por otra parte, como Pelé es un icono, reconocido en todas partes del mundo, se hace imprescindible que tengan similitudes físicas con él».

En un gran casting convocado en varias ciudades de Brasil, los directores dieron finalmente con Leonardo Lima Carvalho, quien encarnará a Pelé (cuando respondía al mote de «Dico») a los 10 años, y con Kevin de Paula, quien será el futbolista desde los 13 a los 17 años.

El elenco lo completan Vincent D'Onofrio, como el entrenador de la selección brasilera en el Mundial de 1958, Vicente Feola; Diego Boneta, en el rol de Jose, el «contrincante» de do Nascimento y responsable de haberle dado el apodo «Pelé»; Seu Jorge, como Dondinho, el padre de Pelé; así como Rodrigo Santoro, en un papel que aún no se ha dado a conocer, entre otros actores tanto brasileros como de diferentes países.

¿Cómo es el trabajo a cuatro manos?

M.Z: Estamos acostumbrados a trabajar juntos. Somos hermanos, escribimos y dirigimos juntos. Así que somos como los nuevos hermanos Coen (risas)

¿Y cómo se reparten las funciones?

J.Z.: Michael se ocupa mucho del trabajo con los actores; tiene una amplia experiencia con intérpretes, y ha trabajado mucho en teatro. Mientras que yo me he dedicado más a la edición y la cámara. Aunque los dos hacemos de todo.

Tomando en cuenta que se trata de uno de los iconos del fútbol a nivel mundial, ¿sienten alguna presión?

M.Z.: Es más bien un milagro que esta historia no haya sido contada antes. Si lo miras bien, se trata de un chico de 15 años que dejó de vivir con su familia para dedicarse al fútbol; nunca había salido de su entorno, ni siquiera tenía zapatos... Y en dos años sentó precedentes, rompió records, ganó la Copa del Mundo con la selección brasilera... Es una historia increíble, de un superhéroe del fútbol, por eso es un milagro que no se haya contado antes.

Teniendo a Pelé como productor de esta película, ¿cuánto control ejerce en el desarrollo del proyecto y en qué medida es una ayuda?

J.Z.: Hasta ahora ha sido una gran ayuda. Ya en la primera conversación que tuvimos con él para exponerle nuestra idea, le hicimos preguntas muy personales, porque queremos plasmar la transición de esta persona desde el punto de vista espiritual e íntimo. Es por eso que para nosotros es más que una sencilla película de deporte, porque queremos llevar a la pantalla la historia de cómo un jovenzuelo asume una responsabilidad tan grande, de cómo tuvo que crecer rápidamente. Y Pelé nos ha dado la oportunidad de compartir esos recuerdo con nosotros.

¿Cuál es el significado que tiene para ustedes la figura de Pelé?

M.Z.: Una de las frases que me encanta es la que dijo Tarcisio Burgnich [futbolista italiano] después de perder la final contra Brasil en México ( 1970): «Creí que Pelé era de carne y hueso como cualquier otra persona. Estaba equivocado» (risas) Así pensaba mucha gente, creían que tenía poderes sobrehumanos en el campo de fútbol... En nuestras conversaciones, Pelé nos habló de la ecuanimidad y la euforia, frente a esa creencia que tenía la gente sobre sus superpoderes.

J.Z.: Tengo que agregar que nosotros también crecimos jugando fútbol. Y aunque nuestros amigos trataron de entusiasmarnos por el béisbol, siempre volvimos al fútbol (risas)

¿Qué fue lo que más les sorprendió de Pelé al conocerle personalmente?

J.Z.: Escuchar de su propia boca cómo se convirtió en la figura que todos conocemos; de cómo fluyó su carrera.

M.Z.: A mí me sorprendió su humildad. Pienso que ser una leyenda viviente del fútbol no debe ser fácil... Hay que tener presente que Pelé es uno de los iconos más celebrados a nivel mundial, por eso me resultó increíble que desde el primer momento sientas su humildad, su calidez.