Iñaki URDANIBIA
NARRATIVA

Sonrisas frente a la radiación

Recuerdo hace ya unos añitos (¿a mediados de los sesenta?) un lema que algún espabilado del ayuntamiento de mi ciudad lanzó a los cuatro vientos, pegatinas incluidas, en el que se podía leer: «Sonría por favor / Irripar egizu arren». Había versiones en ambas lenguas. Se ve que la cosa no estaba para guasas y el personal andaba como muy serio; en el libro que traigo a esta página se puede ver que en el colmo del cinismo, por parte de las autoridades niponas, se ha llegado a promover la consigna de «Cuanto más sonrías, menos daño te hará la radiación»; o sea que el estado mental agitado, o concienciado, lo único que hace es provocar malestar, desasosiego, desajustes, tensiones, enfermedades, de manera que como cantaba Peret «mejor es reír que llorar», mas vamos a dejarnos de sandeces siniestras, so capa de desenfadado humor, y vamos al tema que es serio donde los haya y que responde a la objetividad de las cosas y no a ningún tipo de creación subjetiva; si empiezo con esta anécdota no es con el fin de agarrar el rábano por las hojas sino porque me parece significativa de las sandeces que sobre el tema se venden al por mayor por tierras niponas y otras.

Como ya se anuncia desde el título del libro éste trata sobre la catástrofe de Fukushima, si bien he de añadir que la cosa va mucho más allá de una mera «crónica» del tsumani / desastre nuclear del 11 de marzo de hace dos años. En primer lugar se narra con todo tipo de detalles cómo los resultados del desastre fueron ocultados o mediaverdadeados por las autoridades y por la Tepco (empresa encargada de los reactores nucleares); la mentira se unía a la desinformación, al engaño puro y duro y a las mediciones falaces. Otro aspecto esencial en la recepción e ideologización del accidente nuclear y sus resultados contaminantes radiactivos, fue la llamada al orgullo nacional y a las ancestrales virtudes del pueblo nipón (el estoicismo, la heroicidad, la concepción de la historia como transitoriedad, la esperanza como inequívoco futuro); esta imagen ejemplar del alma nipona fue exportada por el globo dando una imagen falseada de la idiosincrasia local (como si de una especie de inconsciente colectivo contagiado por el budismo se tratase); estos estereotipos fueron adoptados tal cual por la prensa mundial como si se trataran de la verdad pura amén. Nadine y Thierry Ribault, hondos conocedores de Japón, se mueven lejos de dichas concepciones (entre el crisantemo y la espada), mostrando que tras tales edulcoradas japonesadas no se ocultan sino las mentiras y los intereses tramposos de la mafia, yakuza, aplaudidos hasta por las mismas autoridades debido a sus solidarias posturas que en el fondo no eran más que aumento de sus ganancias y sus influencias; como contrapunto a estos bastardos comportamientos nos son presentados las vigilantes acciones de «Proyecto 47», y de quienes mantiene las posturas ikki, que no hacen sino construir verdaderos lazos de solidaridad y entreayuda desde la base. No queda ahí la cosa, sino que las falacias pro-nucleares de los poderes del Japón, y de otros lugares, son desveladas con abundantes datos, del mismo modo que algunos ecologistas pro-nucleares -de mucho renombre y presencia mediática à lo Hulot- son desnudados en sus pueriles argumentaciones. Tampoco se nos hurtan las circunstancias históricas y económicas que hicieron que al poco de finalizar la segunda guerra mundial se pusiera en pie la maquinaria nuclear(¡pacífica!) de la mano de señalados «criminales de guerra» locales apoyados por los liberadores yankis, del mismo modo que se presenta la obligatoriedad en las aulas escolares de planes de apología nuclear descarada tras la máscara de la necesidad imprescindible de tal energía para el bienestar del mundo mundial.

Qué más voy a decir... es un libro imprescindible que has de correr a hacerte con él.