Lakua espera a los «hechos» de los presos y el PP «no les debe nada»
Los gobiernos que tienen en su tejado la pelota de gestionar la nueva situación creada por EPPK intentan ganar tiempo. Lakua admite que el paso es positivo, pero dice que esperará a los «hechos», es decir, a cómo se materializa la apuesta por un proceso legal, escalonado e invidualizado. Madrid mantiene su silencio. El PP delega las explicaciones en un vasco, Iñaki Oyarzábal, que dice que «reconocen lo obvio, no les debemos nada».

Tras las valoraciones generalizadas positivas, casi unánimes, que siguieron al comunicado de EPPK, ayer la atención se situaba en los gobiernos de Lakua, Iruñea y Madrid, que no se pronunciaron el sábado. Estos dos últimos mantienen el silencio y dejan que sean sus partidos, UPN y PP, los que intenten enfriar el impacto del mensaje.
Lakua sí convocó una rueda de prensa extraordinaria sobre el asunto, que en realidad consistió en una brevísima declaración matinal de Josu Erkoreka, su portavoz, hecha a pie de calle en Bilbo.
Erkoreka admitió como «positivo» el pronunciamiento y lo calificó de «avance», como había hecho ya el sábado el PSE, a través de Rodolfo Ares. Pero acto seguido apuntó que debe traducirse en «hechos», algo que el Colectivo ya garantiza en su declaración al apuntar que abrirá contactos con agentes e instituciones vascas para ver cómo materializar sus compromisos.
El portavoz de Lakua pasó rápidamente al capítulo de reticencias y de más peticiones a los presos. Les instó a reclamar el desarme y la disolución de ETA. También consideró «muy limitado» y «parcial» su reconocimiento del daño. Y finalmente sí se dirigió al Gobierno español, para decirle que debiera «modificar su estrategia penitenciaria» si se constata que «lo comprometido» se traduce «en hechos concretos».
Insistiendo en EPPK, Josu Erkoreka consideró que «no puede quedarse en una declaración aislada. Si tiene valor, va a ser porque sea el primer paso de una serie ulterior de pasos, también unilaterales, en la misma dirección del desarme y la desaparición definitiva de ETA».
Erkoreka añadió también que el Gobierno quiere «hacer abstracción expresamente de las consideraciones políticas que se incluyen en el documento».
Egibar, sin prisa con Madrid
Paralelamente compareció el presidente del GBB del PNV, Joseba Egibar, que saludó el mensaje de EPPK como «ejercicio de realismo con contenidos», pero también reclamó hechos y que estos se produzcan «sin esperar dos o tres años».
Estimó Egibar que para que este avance se pueda «verificar» y para que «estas posiciones que incluyen decisiones sean realmente operativas» son «todos y cada uno de los presos» quienes deben «activar los mecanismos para que esto suceda».
Preguntado sobre los pasos que debería dar ahora el Gobierno español, Joseba Egibar replicó que «para emplazarle tenemos todos los días del año». Prefirió instar ayer a los presos vascos a que «cada uno desde su propia posición y condición active todos los recursos que tiene a su alcance».
Como Erkoreka, Egibar no expuso ningún compromiso propio del PNV para reforzar la nueva situación.
Oyarzábal: «No caben atajos»
En cuanto al PP, en Madrid compareció en Madrid el vasco Iñaki Oyarzábal, secretario de Justicia, Derechos y Libertades del partido. Es el único que ha hablado de este tema tanto el sábado como ayer, por lo que el PP parece encomendarle su gestión.
Oyarzábal reiteró el mensaje de urgencia de anteayer, basado en que «la claridad y firmeza del Gobierno están forzando a ETA a asumir que no caben atajos y que no les queda otra que someterse al Estado de Derecho».
Sentado esto, planteó que «por acatar la ley y reconocer lo obvio no les debemos nada, no tenemos que agradecerles nada, siguen mereciendo el mayor desprecio de esta sociedad». Y aseguró que «vamos a persistir en este camino hasta conseguir la disolución definitiva de ETA».
¿Qué fue del Plan de Reinserción estatal y qué hay del programa Hitzeman?
Resulta algo llamativo que tras la declaración de EPPK el PP no haya aludido para nada al llamado Plan de Reinserción presentado por el ministro de Interior en mayo de 2012, y que Lakua tampoco haya citado el programa Hitzeman de su Plan de Paz. En apariencia, dos iniciativas puestas sobre la mesa precisamente para gestionar esta situación.
El Plan de Reinserción fue promovido sorpresivamente por Jorge Fernández Díaz. Contempla un tratamiento especial en prisiones vascas para quienes «de forma voluntaria e individual» acrediten «su rechazo a la violencia y su desvinculación» de ETA. Aclara que «el perdón no será necesario». EPPK valoró el anuncio como una aceptación de que «se nos impone un tratamiento diferenciado (y colectivo), tanto al imponer condiciones y niveles de exigencia más altos para recibir derechos y beneficios penitenciarios como a través de la discrecionalidad de la clasificación penitenciaria y de la propia dispersión», aunque avisó de que fracasará cualquier plan basado en «delación-arrepentimiento».
En cuanto a Hitzeman, Lakua lo formula como «un programa vasco de reintegración social» para «contribuir a la paz y la convivencia». Se aplicaría a personas presas y huidas que «asumen la responsabilidad del pasado, el presente y el futuro». Lakua buscará un acuerdo con Madrid para implantarlo y prevé diseñarlo en el primer semestre de 2014 y activarlo en el curso 2014-15. R.S.

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