Las Sansilvestres siguen proliferando, casi de forma proporcional al running, o quizás más por la incorporación creciente de barrios y pueblos a una costumbre extendida por diversos puntos del planeta. Distancias asequibles, tiempo fresco y días de mantel y excesos han contribuido a consolidar la tradición y a aumentar los partidarios de calzarse las zapatillas y tomar las calles para despedir el año.

La pionera fue la de Sao Paulo, la ciudad brasileña que en 1925 organizó una primera edición inspirándose en una carrera parisina y nocturna en la que los participantes portaban antorchas. También por aquí se ha visto algo de ese estilo, precisamente en el Circuito de Nochevieja de Galdakao, la decana de las Sansilvestres en Euskal Herria, surgida en 1961 y que en su última edición recibió a sus ganadores bajo la luz de las antorchas, rememorando aquellos primeros años en los que no había iluminación y se recurría a las teas. La clásica vizcaina establece distintas categorías, con pruebas para chavales, una popular y un par de absolutas destinadas a atletas profesionales, con los hombres y las mujeres corriendo por separado.

Hay más pruebas en Bizkaia, pero tiene su cosa la del barrio bilbaino de Errekalde, en la que esperan a dos mil atletas en su 12ª y última edición como tal, porque en 2014 pasará a ser la San Silvestre de Bilbo. En esos 2.000 entran los 700 txikis que se ejercitan por la mañana.

La prueba de Donostia está ya consolidada. Patrocinada por GARA, en sus últimas cinco ediciones han tenido hasta el tiempo de su parte y ha asomado el sol. La 29ª convocatoria puede alcanzar los 3.500 atletas que se habían propuesto y mantener ese 35% de participación femenina que por estos lugares únicamente supera la Lilaton, una cita solo para mujeres en la que los hombres no pueden correr.

Con un recorrido atractivo entre las zonas antiguas de la ciudad, buen ambiente y la txaranga animando, varios de los mejores korrikalaris guipuzcoanos la tienen como primera opción, por lo que de nuevo se les verá pasando por La Concha.

El elgoibartarra Alberto Revuelta defiende txapela ante los donostiarras Imanol Cruz y Ander Sagarzazu, los oriotarras Kamel Ziani -ganador en 2008- y Hossain Kaanache -vencedor en 2009 y 2010- y el hernaniarra Sergio Román. En categoría femenina, las aspirantes son Elena Silvestre -ganadora en la última cita del Bicentenario y de la Lilaton- Maite Arraiza, segunda en 2012 - y Cristina Loeda, aunque en las dos últimas ediciones se han llevado la txapela dos atletas no afincadas en la zona que estaban de paso.

Beasain cumple su 40ª edición con esa San Silvestre de élite convertida en el reino de los africanos. Algunos de ellos, fondistas de calidad, acostumbran a doblar presencia en otras carreras a ritmo de una por la mañana y otra por la tarde, e incluso hay quien consigue terminar en ambas en el podio.

En Gasteiz, dominada por los atletas africanos hasta que el pasado año les ganó Iván Fernández en un apretado sprint, han decidido ahorrarse a los profesionales, lo que en opinión de Fernández restará competitividad y nivel a la prueba. Kike Sebastián, reciente vencedor del medio maratón de la capital alavesa, o Toñín Blanco, suenan para acompañarle en el podio.

En otras convocatorias prima la fiesta a los resultados. Iruñea es una de ellas, con atletas disfrazados para correr por la tarde y en algunos casos mantener el atuendo ya bien entrados en 2014. Los trofeos se quedan en casa. El año pasado se impusieron los navarros Estela Navascués y Antonio Etxeberria, este por cuarta vez.

Horarios variados

Los horarios también son variados. La más madrugadora es la de Elgoibar y sus organizadores del Mintxeta A.T. han decidido dar la salida esta misma medianoche, justo un minuto después. En algunas hay almuerzo. Otras, como la de Zegama, pagan 100 euros para el corredor que bata el récord, en Donostia se premia al mejor disfraz, en Gasteiz destinan lo recaudado a la Asociación de Celiacos de Araba, en Hernani a Wucro (Etiopía), en Hondarribia a las enfermedades raras y en Artika a Nerea, que padece una de ellas.