Robert Fisk
The Independent, 2014/1/5
HEMEROTEKA

Árabes unidos contra Al Qaeda

Por primera vez en la historia, parece que la guerra contra el terror -y en específico, contra Al Qaeda- es librada por los regímenes de Oriente Medio y no por sus inversionistas extranjeros.

Cierto, los drones estadounidenses aún atacan los operativos de Al Qaeda, así como bodas y hogares de inocentes en Pakistán. Pero son el general Sisi de Egipto, el presidente Bashar al Assad de Siria, el primer ministro Nuri Maliki de Irak, el presidente Hassan Rouhani de Irán -y hasta el presidente Michel Sleiman del Líbano, carente de poder- quienes hoy combaten a los terroristas. Una prueba del poder que han cobrado los chicos malos es que dictadores y sátrapas antagonistas entre sí puedan unirse contra el enemigo de Estados Unidos. Unidad árabe como no la habíamos visto nunca. (...).

Entre tanto, los sauditas aun derraman dinero en Siria para ayudar al Estado Islámico de Irak y el Levante (Isil), asociado a Al Qaeda -contra el cual combaten ahora Bashar y el secular Ejército Sirio Libre-, en tanto aportan también miles de millones de dólares al Ejército de Sisi en Egipto, el cual combate a un idéntico terror ligado a Al Qaeda en Sinaí. Y si todo esto los confunde, miren lo que sucede en el Líbano.(...)

(...) echemos un ojo a una ominosa declaración del fin de semana pasado, en la cual el Estado Islámico de Irak y el Levante se atribuyó la responsabilidad por el más reciente ataque con bomba en Beirut, en el que perecieron al menos cuatro civiles en los suburbios de Hezbolá. Con ese comunicado el Isil -como supongo que debemos llamarlo- reconoce que combate en tres frentes: Irak, Siria y el Líbano. Por fin tenemos unidad árabe.

En cuanto a Estados Unidos, bueno, supongo que seguirá apoyando al Ejército Sirio Libre, que combate a Al Qaeda, la cual combate a Al Assad, a quien Washington desea destronar.

Los miembros de la Hermandad Musulmana, amigos de Estados Unidos en Egipto, han sido formalmente clasificados como terroristas por Sisi, quien es apoyado por el país que financia -larga vida al salafismo- el terror islamista en Siria, Irak y el Líbano. Y Arabia Saudita -la clave de todo el fandango, aunque nadie lo dirá- sigue siendo amigo cercano y moderado de Washington. No digamos más.