A.E. DONOSTIA

Baiona acogerá el rodaje de una película sobre el caso Lasa y Zabala

El lunes 27 está previsto que arranque en Baiona el rodaje del thriller en el que el cineasta donostiarra Pablo Malo reconstruirá el primer caso del GAL: el secuestro, la tortura y la muerte de los refugiados Joxean Lasa y Joxi Zabala hace poco más de tres décadas.

El rodaje de esta película tendrá lugar del 27 al 30 de este mes y se desarrollará principalmente en Baiona Ttipia, según adelantó ayer la página web municipal de Baiona. En la capital labortana comenzará el rodaje en sí, como confirmó la productora bilbaina Abra («Bypass», «Papá soy una zombie», «Querida Bamako») a este diario, un proyecto con guión de Joanes Urkixo y dirección de Pablo Malo, para quien será su tercer largometraje tras «Frío sol de invierno» (Goya a la Mejor Dirección Novel en 2005) y «La sombra de nadie» (2006).

La película -en IMDB, la mayor base de datos de internet figura ya como un proyecto en pre-producción con el título de «Lasa y Zabala»- reconstruye las circunstancias del primer caso de guerra sucia del Estado y que tuvo el añadido de una crueldad extrema. Ellos fueron los primeros en la lista de 27 muertos que dejó la actividad de los GAL, un cuerpo parapolicial cuya responsabilidad, tres décadas después, sigue sin aclararse.

La madrugada del sábado 15 de octubre de 1983, los refugiados tolosarras Joxean Lasa y Joxi Zabala se dirigían a un parking de Baiona para coger el Renault 4 que les había prestado otro refugiado, Mariano Martínez Colomo, para irse a las fiestas de Arrangoitze. Llevaban todo el día alerta, pues eran conscientes de que otro vehículo llevaba horas vigilándolos en una zona en la que el cerco a los exiliados iba en claro aumento día tras día. Martínez Colomo los vio alejarse por la calle Tonneliers tras arrojarles desde la ventana las llaves y desaparecieron. Nadie más los vio vivos, a excepción de quienes los torturaron hasta la muerte.

Los actores Oriol Vila («The Pelayos») y Ricard Sales (serie «Gran Reserva'»), según ha adelantado la revista «Fotogramas», interpretarán a los guardias civiles Felipe Bayo y Enrique Dorado, autores confesos y condenados por el secuestro y tortura hasta la muerte de ambos refugiados. A Joxean Lasa y Joxi Zabala les darán vida dos actores euskaldunes semidesconocidos en la veintena, según la misma revista. En el reparto figuran también Unax Ugalde, Iban Garate y Francesc Orella (miniserie «Mario Conde, los días de gloria»).

En el juicio, el guardia civil Felipe Bayo relató que el 16 de octubre de 1983 él y Dorado secuestraron en Baiona a Lasa y Zabala y, siguiendo instrucciones del general Rodríguez Galindo, les llevaron al palacio de La Cumbre, en Donostia, donde se les realizaron interminables interrogatorios y los torturaron salvajemente. A la vista del estado en que quedaron, el general Galindo, con el conocimiento del gobernador civil Julen Elgorriaga y Ángel Vaquero, ordenó su desaparición. Les llevaron a Busot (Alicante), Lasa y Zabala hicieron el trayecto maniatados, amordazados y con los ojos vendados, conducidos, primero en coche y luego a pie, por Dorado, Bayo y otras personas, como se puede leer en la sentencia. Allí, le descerrajaron dos tiros en la cabeza a Zabala y uno a Lasa. Fueron arrojados a sendas fosas que les habían obligado a cavar a ellos mismos, y sus asesinos intentaron acelerar la desintegración de los cuerpos enterrándolos bajo 50 kilos de cal viva y tierra.

En 1985, un cazador halló los restos, que quedaron en el cementerio municipal de Alicante hasta que fueron identificados en 1995. Ese año, el agente de policía Jesús García García comenzó a deshacer el embrollo, partiendo de informaciones leídas durante aquellos días sobre el modo de obrar de los GAL. Cuatro años después, García falleció al sobrevenirle un ataque al corazón en plena sesión del agitado juicio por el caso en la Audiencia Nacional. Pero su iniciativa y el trabajo del forense Paco Etxeberria fueron las claves que vertebraron la resolución de este caso.

A día de hoy, ninguno de los cinco condenados se halla en prisión, aunque en un interminable y convulso juicio celebrado durante el ocaso del siglo pasado les impusieron una pena total de 365 años de reclusión.