Raimundo Fitero
DE REOJO

Hipótesis

Para enchironar, acusar, vilipendiar, crear un juicio paralelo directo, execrable, público, sumarísimo, con alevosía, maldad y sed de venganza, basta con que uno de los cien mil escribidores del ministerio del interior se le ocurra hacer una hipótesis de trabajo sobre algo relacionado con ETA, es decir con el TODO, como vuelve a convertirse cuando no tienen NADA que llevarse al coleto propagandístico la parte más ultra del gobierno español. La misma fiscalía que con cientos de datos, evidencias, relatos de primera, segunda y tercera, tesis y antítesis, defiende y protege a los imputados de la banda o de la familia política de Urdangarin, le vale con un mero indicio hipotético para armar un sumario, pedir finanzas, mandar a prisión preventiva a ciudadanos vascos que no hacen otra cosa que cumplir con su obligación profesional.

La justicia española es una hipótesis de trabajo que siempre obtiene los mismos resultados: quedan libres los que roban y van a la cárcel aquellos que defienden sus derechos. Pongamos el caso del mítico barrio burgalés de Gamonal, donde todavía hay detenidos y que la señora Botella se refiere a estas manifestaciones populares como «atentados», lo que ya es decir, y aquí no es una hipótesis, lo hemos oído todos, y no actúa de oficio nadie, porque se trata de un miembro del protectorado de la fiscalía, los que tienen, en hipótesis, manga ancha para cargarse todos los derechos mínimos individuales y colectivos de los que consideran sus enemigos políticos a los que hay que eliminar: o sea, los que defienden lo suyo frente a los poderosos y que los justicieros mediáticos fusilan al anochecer, entrada la noche y al amanecer con sus tertulias tóxicas y sus desbarres sin fin.

Al juez Castro, el que ha imputado a la enamorada esposa de Urdangarin, la fiscalía le acusa de una «conspiración». Nada menos. Esta sobreactuación de los auténticos y privilegiados abogados defensores de los intocables, ya había comunicado a los abogados y a Zarzuela sus intenciones por eso no han protestado el auto, ¿para qué si ya está la fiscalía? Y mientras tanto discuten sobre el hipotético paseíllo judicial de la infanta enamorada. ¡Qué ridículos!