Raimundo Fitero
DE REOJO

Un muerto

Probablemente sea fruto de una distorsión de la percepción de la realidad, de una acumulación de sensaciones enrabietadas pero leo, escucho insinuaciones sobre la existencia de una consigna, siempre negada, de que se está buscando desesperadamente un muerto. Desde algún lugar de la propia policía se ha hecho llegar ese rumor, bulo, globo sonda, aviso para navegantes, incipiente rebelión interna, de que se están entrenando las fuerzas salvajes de represión para sufrir bajas, enfrentarse a lo bestia, y lo hacen entre ellos porque, a lo mejor, a lo mejor, es lo que está sucediendo, que son ellos justamente el gran problema. Se quiere forzar mucho todas la situaciones para ver si se produce ese hecho estadístico, un muerto.

Siento asco al escribir con esta aparente insensibilidad o frivolidad, pero al leer la manera en la que se plantea desde las huestes del ultra nacionalismo español esta situación, al vislumbrar los supuestos beneficios teóricos que le reportaría a Fernández Díaz y sus mil escritores una circunstancia de estas características para poder imponer con argumentaciones su infumable, represiva, antidemocrática ley de «seguridad», todo es verosímil. Especialmente cuando los tertulianos televisivos, radiofónicos, los plumillas del régimen insisten en el asunto, pero dándole la vuelta, diciendo que esos supuestos «extremistas radicales» buscan lo mismo, un muerto, para crecer en credibilidad.

Es decir, estamos ante una aberración que se está cociendo en las cloacas del sistema, que se ejecuta de manera ostensible ante las cámaras de televisión, los vídeos particulares, en donde el despliegue de los guardias de asalto es desproporcionado, violento, agresivo, típico de una monarquía choricera como lo que se ha convertido definitivamente con Alí Rajoy y sus cuarenta asesores este fallido estado que soluciona las cosas a decretazos, banderazos, rosarios y represión policial en paralelo al asalto a la justicia. Un cuadro goyesco posmoderno. Y TVE es su arma más tóxica, más manipuladora y al servicio de esa supuesta tétrica búsqueda, la que contribuye a la escalada de la tensión. En Burgos rompieron la barrera de lo soportable.