Según informaron fuentes del departamento de Economía y Hacienda, el director de Planificación y Control de la Hacienda Tributaria de Nafarroa, Manuel Arana, presentó ayer tarde su dimisión, un hecho que ya se comentaba entre los funcionarios de la institución y que llega 48 horas después de que la directora general de Hacienda, Idoia Nieves, presentase su cese «irrevocable».

En una comparecencia celebrada por la mañana, la consejera Lourdes Goicoechea confirmó que los motivos de la dimisión de Nieves provienen del desacuerdo entre ambas y que, además, el nuevo método de recaudación de IVA derivado del acuerdo de la Volkswagen del año pasado está en el centro de las tensiones.

«Ha sido un año complejo en cuanto a ingresos. El funcionamiento ha sido complicado, a la baja y con previsiones que no se cumplen», reconoció Goicoechea. La consejera sostuvo que las dificultades a la hora de calcular los ingresos se deben a los cambios derivados del «acuerdo del 7 de mayo de 2012», es decir, del acuerdo para mantener el cobro de IVA de Volkswagen (la consejera, supuestamente, no puede citar el nombre de ningún contribuyente). Desde que se produjo el acuerdo, el Gobierno ya no envía la información de recaudación de forma mensual y los últimos datos publicados eran los de setiembre. Sin embargo, ayer un periódico afín a UPN logró que se le actualizaran las cifras a mes de noviembre, que reflejan una caída en IVA de 266 millones respecto a 2012.

Críticas a su profesionalidad

Goicoechea intentó culpar de la situación a la exgerente. Aseguró que Nieves podría haber dimitido «a la vista de que podría ser relevada» porque ya tenían intención de cesarla, debido a varios desencuentros. Hay que tener en cuenta que la gerente es una técnico de la casa, pero que su puesto era tan importante o más que el de la propia consejera y que, de hecho, por este motivo su sueldo era bastante más alto. La consejera, además, criticó su profesionalidad. Aseguró sentirse dolida por el hecho de que Nieves hubiera citado expresamente a Osasuna entre los motivos de su marcha, ya que habría vulnerado el anonimato al que se debe a «los contribuyentes especiales».

La consejera también aprovechó para corroborar el nombramiento del sustituto, José Raúl Goñi, que era precisamente el encargado de tratar con estas «grandes empresas». Además, era el jefe en impuestos indirectos (como el IVA) y quien debía controlar los desajustes en los ingresos por ese concepto. Goñi también es alguien de la casa, pero sus compañeros no le tienen el mismo aprecio, por eso desde que se anunció su nombramiento se vaticinaron más dimisiones.