Una semifinal muy clásica
Rafa Nadal y Roger Federer se verán las caras en un encuentro que tendrá como premio la final. El manacorí está sufriendo debido a una llaga en su mano izquierda, pero el suizo espera «un gran partido, duro y complicado».

Rafa Nadal y Roger Federer, amigos fuera de la pista pero máximos rivales dentro de ella, volverán a deleitar a todos los aficionados con un nuevo clásico entre ambos tenistas, esta vez en el Abierto de Australia.
El manacorí sufrió de lo lindo en cuartos ante su rival, el búlgaro Grigor Dimitrov, al necesitar tres horas y 37 minutos para librarse de él por 3-6, 7-6 (3), 7-6 (7) y 6-2. El suizo no lo tuvo más fácil ante el escocés Andy Murray, que compite en su segundo torneo después de operarse la espalda el año pasado, ya que necesitó otras tres horas y 20 minutos para llevarse la victoria por 6-3, 6-4, 6-7 (6) y 6-3.
Nadal cedió el primer set en lo que va de torneo, salvó tres puntos que le habrían costado otro más, pero al final logró dominar al talentoso jugador búlgaro Grigor Dimitrov. Eso sí, el actual número uno del mundo arrastra problemas en la mano izquierda, que permanece vendada para proteger la llaga que tiene abierta en la palma.
Esta lesión está siendo uno de los temas de debate en las gradas. Boris Becker, entrenador del serbio Novak Djokovic -eliminado del torneo-, se atrevió a decir que «no comprendo cómo Rafa puede jugar en estas circunstancias con esa llaga en la mano. Y no creo que vaya a ir a mejor en los próximos días».
Mientras, el propio afectado, Nadal, señaló al término del encuentro que «he tenido mucha suerte en el desempate, y he sufrido mucho». De hecho, explicó que sus principales problemas con el vendaje de protección lo pagó su saque, ya que algunas veces su raqueta se le escapaba.
Eso le pasó factura, ya que así cedió dos veces su saque con doble falta final y cometió siete de ellas en todo el encuentro. Y su tarjeta mostró 47 errores no forzados, 27 de derecha, demasiados en su cuenta particular.
Por su parte, Dimitrov supo aprovecharse de los fallos de Nadal para escaparse en el marcador, e incluso tuvo el partido en sus manos de haber concretado tres puntos de set en el tercer parcial, dos de ellos en el desempate, que falló con sendos `regalos' de derecha con el manacorí casi vencido, por lo que luego acabó llorando.
«Estoy listo para resistir. Tengo que jugar bien, eso es lo que me preocupa y me motiva, y no estoy lejos de hacerlo», dijo Nadal sobre su duelo con Federer.
Un Federer rejuvenecido
El tenista suizo, de 32 años, está resuelto a hacer lo imposible por dejar su marca en la historia de este deporte donde ya ha ganado 17 títulos grandes y cuatro de ellos aquí. Y ayer lo demostró jugando dos primeros sets de ensueño ante Murray, y sin desanimarse luego cuando su rival levantó dos bolas de partido en el desempate del tercero que acabó llevándoselo, y volviendo a la carga en el cuarto.
Pasadas casi tres horas y cuarto, Roger Federer seguía sin bajar el ritmo, luchando cada bola, y sacando al mismo nivel que al principio. Rompió en el octavo juego (5-3) cuando parecía que el tenista escocés podía alargar el partido, y luego sentenció como un maestro para cerrar con su décimo saque directo.
Nadal y Federer se medirán mañana, con 32 duelos ya en su historial, 22 de ellos ganados por el jugador manacorí.
El talento de Radwanska acaba con la campeona Azarenka
El talento de la polaca Agnieszka Radwanska acabó con la campeona de las dos últimas ediciones del Abierto de Australia, la bielorrusa Victoria Azarenka, derrotada en cuartos de final por 6-1, 5-7 y 6-0 en dos horas.
Radwanska, finalista en Wimbledon hace dos años, avanzó a las semifinales del primer Grand Slam del año dando una lección de tenis a la exnúmero uno del mundo, con la que llevaba una racha de siete partidos perdidos desde el torneo de Sidney en 2012.
Se puede decir que Radwanska provocó una nueva sorpresa en el cuadro femenino, que se presenta en semifinales sin las tres mejores jugadoras del mundo ya eliminadas, la estadounidense Serena Williams, la rusa Maria Sharapova y ahora la bielorrusa Victoria Azarenka.
Radwanska volvió a destrozar a su adversaria con un tenis equilibrado, exento de fuerza pero con una gran colocación y un perfecto balanceo de cuerpo para acompañar sus golpes. así, su próxima rival será la joven Eugene Bouchard, la primera canadiense en alcanzar esta ronda en Australia.
Otra de las semifinalistas es la eslovaca Dominika Cibulkova, 24 del mundo, que destrozó a la rumana Simona Halep por un contundente marcador de 6-3 y 6-0 en una hora.
A pesar de sus 161 centímetros, la jugadora de Bratislava se ha abierto paso en un torneo dominado por rivales más altas que ella. Batió a Sharapova (1,88 metros) y se medirá contra Radwanska (1,73). «No soy muy alta pero soy explosiva en la pista, y poderosa», se defendió ayer la propia jugadora eslovaca. GARA

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