El Athletic encara una semana de vital importancia para sus aspiraciones. Pese al mal juego del equipo y la sensación de candidez que ofreció ante un rival que juega al límite del reglamento, los rojiblancos llegarán al miércoles con sus opciones prácticamente intactas de alcanzar las semifinales de Copa. Antes, llegará un derbi en Iruñea donde podría reaparecer Iker Muniain. El futbolista del barrio de la Txantrea ha vuelto a ser protagonista después de que Josu Urrutia anunciase que el navarro le ha pedido un tiempo para recuperar su mejor nivel y dar respuesta a la propuesta de renovación una vez concluida la temporada.

Parece una decisión sensata por parte de su entorno -no cabe olvidar que cuenta con un asesoramiento mucho más realista y profesional del que pueden ofrecer algunos hermanos de exfutbolistas del club- pero que debe encontrar un tope en la fecha que se marque para volver a trabajar tras las vacaciones. El Athletic no se puede volver a permitir ningún otro culebrón ni que hasta en el mismo vestuario se hable de lo que hará o no el jugador. Mucho menos, viendo lo halagüeño de las perspectivas de la presente temporada.

Es importante que todo el entorno del club esté centrado en certificar cuanto antes una plaza en Europa, si puede ser la cuarta mejor que mejor, y en tratar de seguir adelante en la Copa. En ese sentido, la eliminatoria ante el Atlético tiene unos tintes muy marcados y motivantes. Buena parte de las personas que el miércoles llenaremos San Mamés vivimos en primera persona la decepción que supuso la derrota en el Estadio Nacional de Bucarest, tres cuartos de lo mismo ocurre con la columna vertebral de la plantilla. Casi dos años después, las circunstancias y buena parte de los actores principales de aquella cita no estarán -Falcao, Bielsa, Llorente, Diego, Javi Martínez, Amorebieta...- pero dejar a los de Simeone en la cuneta cuenta con una gran importancia en Bilbao. Y no por mera revancha, sino por pasar página, seguir en la pelea por el título de Copa con un estilo que el entorno rojiblanco entiende como una cuestión de estilo.

La primera cita para apuntalar la cuarta plaza será el domingo en Iruñea; después, todos, debemos aportar nuestro pequeño granito para que toda la ciudad y Bizkaia se vuelvan a vestir de rojiblanco.

Son tres escalones hacia el cielo, toca remontar y no será una tarea nada sencilla por lo que conviene salir con los mejores efectivos al campo desde el inicio. Y desde todos los rincones, el equipo se tiene que ver empujado hacia un reto colectivo. Lo estará, el Athletic tiene una gran oportunidad de volver a luchar por los títulos y demostrar por encima de nombres y coyunturas que el león siempre es capaz de volver a levantarse.