GARA GINEBRA
Negociaciones sobre la guerra siria en suiza

La ONU trata de sortear el veto opositor y la amenaza de Damasco

El «cara cara» entre el Gobierno sirio y la oposición en el exterior previsto ayer en Ginebra se retrasó al menos hasta hoy por el rechazo de la delegación opositora a sentarse con los representantes de Damasco mientras no aceptaran la salida de Bashar al-Assad. La delegación del Gobierno amenazó con dejar Ginebra.

Las conversaciones de paz entre el Gobierno sirio y la oposición tuvieron ayer un mal comienzo en Ginebra con el fracaso en el primer intento sentar en la misma mesa a ambas delegaciones, después de una primera jornada de intervenciones generales de los participantes y una segunda de contactos más discretos.

Tras reuniones bilaterales durante la jornada, en las que ambas partes reiteraron sus posturas, el mediador de la ONU, Lakhdar Brahimi, anunció que ambas delegaciones finalmente se encontrarían en la misma sala hoy y excluyó que ninguna de ellas vaya a abandonar el diálogo precipitadamente, como había amenazado la parte gubernamental.

«Ayer (por el jueves) me reuní con delegaciones de la oposición y el Gobierno por separado y hoy (por ayer) y mañana esperamos ponernos de acuerdo para reunirnos en la misma habitación», aseguró Brahimi.

Después de una jornada en la que la oposición fue tajante en su rechazo a sentarse con la representación del Gobierno de Bashar al-Assad, y esta amenazara con marcharse, Brahimi fue interrogado por su seguridad sobre que hoy pudieran aceptarlo. «Absolutamente», contestó. «Las dos partes estarán mañana y se reunirán. Nadie se irá mañana y nadie se irá el domingo», aseguró.

Brahimi quería reunir ayer a la delegación del Gobierno de Bashar al-Assad y a la de la oposición que ha aceptado a acudir en una misma sala donde solo el propio Brahimi tomaría la palabra. Pero finalmente la conferencia comenzó de forma fragmentada.

La delegación opositora de la Coalición Nacional Siria rechazó sentarse en la misma mesa que la del Gobierno exigiendo que antes de negociar debía aceptar el principio de un Gobierno de transición sin Al-Assad.

Ante esta postura, la delegación gubernamental mostró su decepción y llegó a amenazar con retirarse de la negociación. Así, en un encuentro bilateral, el responsable de la diplomacia siria, Walid Muallem, que encabeza la delegación del Gobierno, aseguró que abandonaría Ginebra si hoy no se llevan a cabo sesiones de trabajo serias. «La oposición no está lista para el diálogo. Inicialmente se había planeado negociar (al mismo tiempo), pero en lugar de eso habrá reuniones por separado (por la mañana y la tarde) con el mediador Lakhdar Brahimi», declaró la asesora del Gobierno sirio que integra la delegación gubernamental, Buseyna Shabaan.

«El problema es que esta gente no quiere hacer la paz. Vienen aquí con precondiciones», acusó el viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Moqdad, que calificó la demanda del abandono de Al-Assad como «una ilusión».

Recelos de la oposición

Brahimi se reunió por la tarde, en una entrevista separada, con la delegación de la coalición opositora siria que lidera Ahmad Jarba, que insiste en no sentarse hasta que Damasco no acepte el período de transición.

Nazir al-Hakim, miembro de la delegación opositora, subrayó que este Gobierno transitorio está incluido en el acuerdo de Ginebra I, alcanzado entre las grandes potencias en 2012. Pero ambas partes entienden de diferente forma dicho acuerdo.

Mientras para la oposición no cabe ninguna duda de que implica la salida del presidente, el Gobierno rechaza ese escenario y habla de un Gobierno de unidad. «Hablamos de un Gobierno de unidad amplio, pero para llegar a él hace falta ver quién representa esta oposición», indicó Moqdad.

Tras la reunión con Brahimi la delegación opositora salió más confiada en la marcha de la negociación, afirmando que Damasco había aceptado el texto de Ginebra I.

«Estamos satisfechos con la declaración de Brahimi y con que el régimen haya aceptado el comunicado de Ginebra I», declaró un delegado opositor, Anas al-Abda, consultado por Reuters.

«Sobre la base» de Ginebra I, las dos partes se han citado hoy a las 10.00, para una «sesión corta» en la que «solo hablará Brahimi». Posteriormente, y ya por la tarde, tendrá lugar un segundo encuentro «más largo», explicó Al-Abda.

Sesión práctica

Brahimi confía en que el encuentro de hoy «sea un buen comienzo» y las conversaciones se puedan prolongar durante la próxima semana, si bien aclaró que «habrá una suspensión durante unos días» para que las delegaciones puedan regresar y discutir lo abordado.

Sobre la primera reunión, comentó que será una «sesión práctica» en la que se abordarán cuestiones organizativas que faciliten el curso de las negociaciones en los próximos días.

A pesar de las discrepancias que las dos partes reflejaron, Brahimi precisó que ambas «tienen muy claro» que el proceso se sustenta, «sin condiciones», sobre la base del Comunicado de Ginebra, pactado en junio de 2012 y que tiene como objetivo la creación de un órgano de Gobierno transitorio en Siria.

No obstante, reconoció que algunos puntos de ese documento pueden estar sujetos a interpretación, por lo que el reto del proceso de paz será «poner en común y aclarar la ambigüedad de estos puntos».

«Hay que ser paciente y ver cómo se desarrolla el proceso», señaló Alessandra Velluci, portavoz de la mediación de la ONU en Ginebra. «Hacen falta intensas discusiones para saber qué procedimiento vamos a seguir», subrayó.

Ayer también Estados Unidos se apresuró a desmentir la ruptura de los contactos, tras recordar que este es apenas el inicio del proceso y que el día de ayer mostró bien que «habrá muchos altos y bajos conforme se avance».

Medidas parciales

Brahimi se mostró esperanzado y comentó que las conversaciones que mantuvo por separado con ambas delegaciones fueron «alentadoras». También pidió la ayuda de «todos los países que tienen influencia», en referencia a Rusia, Estados Unidos, la UE y las monarquías del Golfo, «para hacer avanzar el proceso». «Sabemos que será difícil, complicado», reconoció.

Dada esta dificultad, diplomáticos y observadores no son muy optimistas sobre el éxito de la negociación, pero valoran como un avance el simple hecho de que ambos bandos acudan a Ginebra.

La falta de consenso sobre la salida al conflicto podría hacer que Brahimi se concentrara en la búsqueda de medidas para aliviar el sufrimiento de la población, como ayuda humanitaria, intercambio de prisioneros o ceses el fuego locales.

«Durante las conversaciones de hoy no se abordaron temas de fondo -aclaró Brahimi-, pues está pendiente definir cuestiones prácticas (formato de negociaciones, forma de abordar los temas y plazos) que harán más fáciles las posteriores discusiones». Una vez resueltas las cuestiones prácticas, el acceso de la ayuda humanitaria -particularmente a zonas sitiadas- será uno de los puntos prioritarios en la agenda.

«Vamos a hablar de acceso humanitario, de terminar la violencia, pero, de nuevo, hablar de esto no significa que lo vamos a resolver», advirtió.

El Ejército dice haber matado a 50 rebeldes

El Gobierno sirio indicó que el Ejército ha matado en los últimos días a más de 50 insurgentes que intentaron atacar el Monasterio de los Querubines (Siglo VI d.C.), en la localidad de Sednaya, al norte de Damasco. Veinte de ellos murieron en una emboscada que les tendieron los soldados en el camino que conduce al lugar. Tras el asalto frustrado, los agresores lanzaron decenas de proyectiles de mortero, que cayeron en el interior del monasterio y solo causaron daños materiales. El edificio se encuentra en una montaña de la región de Al-Qalamun, donde el Ejército comenzó una ofensiva en noviembre para expulsar los rebeldes. GARA

La UE quiere evitar la salida de yihadistas europeos a Siria

La Unión Europea quiere revisar su sistema de control de las fronteras exteriores para prevenir la salida de jóvenes europeos a la guerra siria y controlar su regreso, según el coordinador de la «lucha antiterrorista», Gilles de Kerchove. «Todos nuestros instrumentos de control de las fronteras exteriores han estado concebidos hacia los extranjeros, no a los europeos», subrayó en una reunión de ministros de Interior de la UE en Atenas. Las salidas de europeos y su enrolamiento en las fuerzas del Estado Islámico de Irak y del Levante, «uno de los grupos más extremistas», precisó Gilles de Kerchove, se ha convertido en preocupación para los estados europeos. «No queremos que jóvenes alemanes vayan a participar en la guerra civil en Siria y no queremos que vuelvan de esta guerra entrenados y cometan ataques aquí», declaró el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, a su llegada a la reunión. Más de 2.000 jóvenes europeos han llegado a Siria o quieren hacerlo, según los ministros europeos. Son franceses, belgas, neerlandeses, británicos, suecos, daneses, españoles e italianos, precisó Gilles de Kerchove.

Según Thomas de Maizière, 270 alemanes se han alistado en la rebelión siria. Los franceses serían 700, los belgas 500 y calculan «varios centenares» de británicos. Se trata de jóvenes nacionales, con dos nacionalidades o extranjeros residentes legalmente en Europa, precisó Gilles de Kerchove. «Representan una amenaza, porque se unen a un grupo extremadamente violento, viven en un entorno muy cruel, aprenden a combatir y a manejar explosivos», afirmó. «Eso no significa que todos los que vuelvan vayan a hundirse en la violencia, pero una ínfima minoría es suficiente», advirtió. «Pueden, por ejemplo, ir muy fácilmente de Bruselas a Rabat con un pasaporte marroquí, entrar sin visado en Turquía, ir a Siria y volver a Bélgica con un pasaporte belga sin ser detectados», explicó Gilles de Kerchove. GARA