Anibal Malvar 2014/1/22
Público.es
HEMEROTEKA

Mariano y Harpo

Concedió el otro día Mariano Rajoy una entrevista muy aclaratoria en la tele, entrevista en la que, en resumen, el presidente del gobierno vino a decir que sigue gobernando como Dios manda. Es lo que más o menos se le entendió entre generalidad y balbuceo. El tórrido manejo de la nada dialéctica es el mayor logro intelectivo de nuestro presidente. A lo largo de su mandato, y van dos años ya, Rajoy ha conseguido convertirse en el creador menos citado de la Historia contemporánea, solo superado por el inefable Harpo Marx.

Lo que no se entiende mucho es por qué Mariano Rajoy concede entrevistas. De tanto no decir nada, uno acaba metiendo la pezuña a no ser que sea muy listo. Y a Mariano, entre tanto éter verbal, se le escapó lo de la infanta. «Estoy convencido de su inocencia. Le irá bien», dijo al ser preguntado por la situación procesal de Cristina de Borbón, presunta socia en manejos choriztivos de su esposo, Iñaki Urdangarin. Ahí la lió Mariano, y anda el personal preguntándose cómo sabe el presidente tanto de algo de lo que nada debería saber. La justicia, o sea.

(...) Con la infanta nos ha venido a decir lo que ya todos sabíamos: que a Rajoy le gustan y le ponen los delitos de nuestra oligarquía, doctrina Botín y tal, y que confía en que nuestra justicia sea lo suficientemente injusta como para negar la evidencia y considerar el apellido Borbón un eximente. Es lo que hemos venido haciendo desde la epifanía democrática de los 70 con el apellido Borbón. (...)

(...) Rajoy recuerda a esos padres que descienden hasta la estupidez cuando hablan con sus hijos pequeños. ¿A quién quieres más, a papá o a mamá? Y al final, harto de tanta idocia, lo que más querría el niño es tener a mano un kalashnikov. (...)