IKUSMIRA
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2014, año para cerrar la indignidad de Guantánamo

Barack Obama lanzó ayer un mensaje optimista sobre la recuperación del país que preside. Anunció una serie de medidas en materia de empleo y educación tendentes a fortalecer la economía y reducir las desigualdades. Hará falta algo más para ello que mensajes optimistas e incluso que la buena voluntad de Obama. También se refirió al cierre de Guantánamo, una vieja promesa incumplida, que afirmó debe llevarse a cabo en 2014. Ciertamente, ya que no ha sido -lo que no quiere decir que no haya podido ser- en los años anteriores, debería ser este año. Y eso no depende, como en el caso de la recuperación económica de EEUU, de factores ajenos a la voluntad del presidente. Está en su mano.

En su alocución, Obama aseguró que Estados Unidos no se detiene, y que tampoco él lo hará. Y eso que tan positivo se le antoja, en muchos aspectos es un gran problema, sobre todo para el resto del mundo. Porque es nefasto el hecho de que ciertas características convertidas en seña de identidad de Estados Unidos sigan vigentes, entre ellas la que representa su mayor perversión, ese monumento a la indignidad erigido en Guantánamo. Sí hay aspectos en los que Estados Unidos se debe detener, y 2014 debería ser el año del cierre, la desaparición, de Guantánamo, prometido por Obama antes de ser elegido presidente por primera vez.