No me gustó mucho que Andreu Buenafuente diera demasiadas explicaciones por haber convocado a su espectáculo nocturno «En el aire» a Kiko Rivera. Es más, probablemente este espacio satírico y humorístico sea el ámbito ideal para que este personaje mediático se exprese con total libertad, cobrando o no, pero al menos sin llevar la carga de la mierda circunstancial y hereditaria más pringosa. No es que interese mucho lo que piensa este hombretón al que en el programa lo colocan siempre como el eslabón perdido más cercano a los primates, y lo aceptó con una cintura ejemplar, ya que saber reírse de sí mismo es algo muy saludable.

Este acto de Buenafuente de dar explicaciones, casi justificaciones, es una actitud de inseguridad. Uno debe asumir sus responsabilidades y saber a quién se invita y por las razones que quiera, y de verdad, yo veo en muchas mesas de tertulia, en muchos sofás de magazines, individuos aparentemente de nuestra especie, que lo que dicen interesa como mucho, lo mismo que lo de este dj, es decir nada. O muy poco. Pero nadie da tantas explicaciones. A no ser que ahora las explicaciones para justificar o contextualizar la salida de Pedro J Ramírez de la dirección de El Mundo se conviertan en un género televisivo cercano al obituario o al libelo. Atentos a la pantalla.

Aunque en Antena 3 sí deberían dar explicaciones por ese programa del late night llamado «La diana de..» y que dirige y presenta ese señor sinuoso, Nacho Abad, que siempre anda por los charcos policiales más putrefactos, los desiertos forenses, los rumores judiciales y los crímenes sin aclarar y hizo ver que se le comunicaba en directo a Leticia Sabater la muerte de su exnovio, un menda denominado como un «hombre de la noche». O sea, una mierda pinchada en un palo. Un tipo acusado en plató de confidente de la policía, dedicado a los negocios de la noche que no son las urgencias sanitarias ni farmacéuticas, ni los serenos. Previamente habían intentado los listos y listas de esa tertulia negra colocarle a un tipo diagnosticado con una enfermedad siquiátrica grave todas las muertes no resueltas en Burgos. Es una programa muy tóxico, amarillismo puro.