Alberto PRADILLA

Rajoy escenifica su aval al PP vasco y Oyarzábal defiende hacer pedagogía

En Valladolid, el PP ha hablado sobre el conflicto vasco más que en toda la legislatura. Ayer fue el turno de Mariano Rajoy, quien lanzó un apoyo explícito a Arantza Quiroga ante los ataques del lobby ultra de víctimas de ETA y exmiembros del partido que acaban de formar Vox. «Eso estamos intentando», dice Iñaki Oyarzábal sobre la necesidad de una pedagogía que explique en el Estado los cambios registrados en Euskal Herria en los últimos años.

Si la víspera era Manuel Giménez -hijo del presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad, muerto a manos de ETA- quien hablaba de «pragmatismo» para «vencer la batalla política», ayer era el secretario general del PP en la CAV, Iñaki Oyarzábal, quien admitía la necesidad de pedagogía. «Eso estamos intentando hacer», afirmaba, preguntado por el papel del PP vasco para explicar en el Estado español el cambio de contexto producido en Euskal Herria desde 2011.

El apoyo de Génova a sus compañeros en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia (Nafarroa queda al margen), cuestionados desde los sectores más ultras, ha sido una constante durante toda la convención de Valladolid. Ayer, el presidente español, Mariano Rajoy, hizo extensivo este aval con una mención expresa a Arantza Quiroga, quien recibió una ovación puesta en pie.

«La victoria de la democracia, la disolución incondicional de ETA y la derrota definitiva del terrorismo, con todas las consecuencias, es el único final aceptable de esta historia. Y juntos, codo con codo, con nuestros compañeros del PP en el País Vasco, con Arantza Quiroga al frente, vamos a poner como siempre todo nuestro empeño para conseguirlo», proclamó Rajoy en su intervención final.

Previamente había lanzado un mensaje de «recuerdo para los que ya no están aquí porque nos los arrebató la zarpa del terrorismo». En los últimos meses, las críticas de la AVT, anteriormente en la órbita de Génova, así como la creación de Vox, liderado por dos antiguos miembros del PP como José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal, han erosionado por la derecha a la formación de Rajoy. Así que este ha utilizado el cónclave para lanzar el mensaje de que la derecha española está «donde estuvo siempre».

Este era también el mensaje que lanzaba en los pasillos Iñaki Oyarzábal. A juicio del secretario general del PP en la CAV, los mensajes de apoyo suponen un aval a una posición que, según reivindicó, no se ha movido: «Seguimos defendiendo lo que siempre hemos defendido».

Agradecimiento de Quiroga

Una idea que compartía Arantza Quiroga. De Valladolid, la presidenta del PP vasco se lleva «el reconocimiento del resto del partido» y las «pilas cargadas» porque, según indicó, «todavía queda mucho por hacer». Resulta evidente que el actual contexto político abierto tras el fin de la lucha armada de ETA se vive de forma distinta en Euskal Herria y en el Estado. Por eso, Oyarzábal afirmó estar «intentando» hacer pedagogía.

No se puede obviar que dentro del PP siguen existiendo voces como la de Esperanza Aguirre, que puso en cuestión la versión oficial del partido sobre la actual fase dentro del conflicto vasco. En este contexto, el cónclave ha sido la oportunidad escogida por Rajoy para mirar hacia Euskal Herria más que en toda la legislatura. Previamente al discurso del presidente, su secretaria general, María Dolores de Cospedal, presentaba el manifiesto para los comicios europeos y en el que se incluye una mención expresa a las «víctimas del terrorismo». Todo un amplio despliegue para contrarrestar las embestidas desatadas desde su derecha.

Receta habitual en Catalunya

Al margen del tema vasco, Rajoy también hizo referencia al proceso soberanista catalán. No hubo novedades en un discurso aferrado a la «unidad de España y al cumplimiento de la ley». Como viene siendo habitual, estas fueron las únicas razones que el inquilino de La Moncloa encontró para convencer a una sociedad catalana donde las voces partidarias de la independencia se han multiplicado.

«Somos un gran país, no un invento de antesdeayer», argumentó Rajoy, que se aferró a la tesis de la «nación más antigua de Europa» y la completó con «los primeros en lograr la unidad». «Nos une todo: la historia, la tradición, la cultura, las personas y, hoy, la lucha contra la crisis. Llevamos juntos toda la vida porque juntos sumamos y separados perdemos», insistió.

Al igual que haría después con Quiroga, el presidente español también aludió a la presidenta del PP en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, quien recibió, en pie, la primera ovación. «No estáis solos. Hay mucha gente que guarda silencio pero que no quiere que vosotros calléis», proclamó. Sobre la consulta convocada para el 9 de noviembre y que permitiría precisamente medir esa «mayoría silenciosa» a la que apela Génova, Rajoy se limitó a rechazarla escudándose en el «cumplimiento de la ley».

El de ayer puede considerarse el primer mitin de Rajoy con la vista puesta en las europeas de mayo y para las que todavía no hay candidato, después de la renuncia de Jaime Mayor Oreja. Solo así se entiende el discurso triunfalista sobre economía que el PP vende «en vías de solución» pero cuyos supuestos beneficios no llegan a la ciudadanía, según reconoció él mismo. «Ha comenzado a subir la marea y estos cambios que ahora se inician dejarán pronto su huella en la lista de la compra de cada familia», afirmó.

Rajoy apoyó su optimismo en tres patas: culpar el PSOE de la «herencia recibida», presumir de las «reformas» que habrían evitado «el rescate» (obviando que ya se produjo la intervención para salvar a la banca) y lanzar su promesa estrella: reducir impuestos. La reforma de la Ley del Aborto ni se citó; el tema causa división interna.

Una mujer con hemorragia cerebral tras una carga al término de una protesta en Valladolid

Una mujer de 60 años llamada Encarnación Arias sufrió ayer una hemorragia cerebral tras ser golpeada por un policía antidisturbios después de una multitudinaria marcha contra los recortes sociales del PP organizado por el colectivo de parados de Valladolid y diferentes plataformas de la ciudad castellana. Según fuentes consultadas por GARA, la víctima de la agresión policial, una persona conocida por formar parte de colectivos como Stop Desahucios, fue hospitalizada con problemas en el habla y la paralización de parte del cuerpo tras golpearle un agente durante la carga lanzada minutos después de la manifestación. Deberá pasar un período de observación de entre 24 y 72 horas. Fuentes sanitarias citadas por «El País» vinculaban su estado, calificado de «grave», a patologías previas.

Miles de personas se manifestaron ayer por la mañana en Valladolid contra los recortes sociales del PP, en coincidencia con esta Convención Nacional. Al término de la protesta, un grupo de manifestantes se acercó al centro del municipio, concretamente a una zona de restaurantes donde comían varios de los altos cargos de Génova, con el objetivo de realizar un «escrache». No era el primero del fin de semana, ya que Carlos Floriano, número tres del PP, y Alfonso Alonso, portavoz en el Congreso de los Diputados, ya habían sido previamente señalados por activistas que denunciaban los recortes y la corrupción.

Según relató a GARA una persona presente en la protesta (y que también fue golpeada), «sin mediar palabra ni provocación, los antidisturbios comenzaron a cargar y a empujar a la gente, propinando porrazos en la cabeza». Aunque no se trataba de un grupo muy numeroso, había personas de todas las edades. De ellas, tres fueron detenidas y seis sufrieron heridas de diversa consideración, entre ellas la rotura de una mano y contusiones varias. A. P.