A.G. BILBO

Lakua cambia los límites de emisión del horno de Funeraria Bilbaína y prorroga su autorización

La consejera de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, informó ayer en comisión parlamentaria que Lakua ha concedido una nueva autorización para el crematorio de Funeraria Bilbaína, ubicado en pleno centro del Botxo. En la resolución aprobada el 29 de enero -el anterior permiso caducó ayer- el Gobierno autonómico establece nuevos límites para las emisiones y añade algunas nuevas sustancias contaminantes a controlar.

Poco después de que terminara la comparecencia en la Cámara de Gasteiz, un centenar de vecinos se concentró, a las 19.00, en las escalinatas del Consistorio bilbaino, bajo el lema «Por nuestra salud-Krematoriorik ez». Los residentes no se dan por vencidos y seguirán en la calle y en los foros que sea necesario para preservar su salud, según advirtieron.

Oregi dijo que estiman que la actividad desarrollada por la compañía de pompas fúnebres en su instalación de la avenida Zumalakarregi «cumple la normativa ambiental y no supone una incidencia en la calidad del aire del entorno». Esta afirmación la sustentó en seis informes «diferentes», uno en la fase de pruebas y el resto posteriores, «y al hecho de que no se ha registrado incidente alguno que haya supuesto una amenaza».

La nueva autorización -para la que la empresa tendrá diez meses de plazo para adaptarse- será de ocho años tras el cual habrá de renovarse si se siguen cumpliendo las condiciones de actividad.

Mejoras técnicas

En sus explicaciones ante las preguntas del parlamentario de EH Bildu Dani Maeztu, la consejera manifestó que la empresa funeraria se compromete a cumplir ciertas cuestiones técnicas de temperaturas mínimas de cremación, que serán monitorizadas y registradas automáticamente, y a realizar las incineraciones «en exceso de oxígeno con un contenido medio no inferior al 6%».

Tras la autorización medioambiental de Lakua, que Ana Oregi incidió en que es un acto reglado, el Ayuntamiento de Bilbo renovará la licencia de actividad del polémico horno. Los vecinos afectados insisten en que la actividad es «dañina» para la salud humana e insisten en que las diferentes administraciones deben protegerles.