«La información difundida según la cual se está espiando a los funcionarios públicos, en particular a los negociadores de la paz en La Habana, es totalmente inaceptable», declaró el martes el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. El mandatario consideró que se trata de un intento de «sabotaje» de los diálogos que el Gobierno de Bogotá y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mantienen en La Habana

Santos dijo haber dado «instrucciones estrictas» al Ministerio de Defensa para que se investiguen a fondo las supuestas escuchas ilegales por parte de militares al equipo negociador del Gobierno y a otras personalidades de izquierda, así como quién está detrás de ese espionaje revelado por la revista Semana.

Poco después, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunció el «relevo» del jefe de Inteligencia del Ejército, general Mauricio Ricardo Zúñiga, y del director de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército (Citec), general Óscar Zuluaga.

«Sabíamos que había un espionaje, era evidente. La noticia es que un sector de la Inteligencia militar espía al presidente de la República», afirmó en Cuba a AFP uno de los delegados de las FARC. También desde La Habana, Iván Márquez, el jefe negociador de la guerrilla, sostuvo que «Álvaro Uribe está detrás de todo eso. No se les olvide que es el enemigo número uno de la paz en Colombia».

Además, denunció que «no solamente se está espiando desde Colombia a la delegación de paz del Gobierno, sino especialmente a la delegación de paz de las FARC». «Esto que está sucediendo que es realmente grave, debe responder el Gobierno de Colombia», consideró Márquez, que instó a Santos a actuar de forma contundente.

Santos ordenó también una investigación y medidas de protección especial , tras el anuncio de las amenazas de muerte contra dirigentes de izquierda, como el alcalde de Bogotá, el exguerrillero Gustavo Petro.