Ion SALGADO BILBO

Zenon aclara que pretendía denunciar los casos de tortura, no faltar al honor de Ares

Alfonso Zenon negó ayer la imputación de un delito a Rodolfo Ares, tal como sostiene el demandante, que hace tres años presentó una querella por calumnias contra el abogado. «De ninguna de las maneras la intención de este letrado era faltar al honor de nadie, ni siquiera al de la Ertzaintza», precisó en la vista celebrada en el Palacio de Justicia de la capital vizcaina.

«La división antiterrorista de la Ertzaintza tortura a las órdenes de Ares». Estas palabras, formuladas en 2010, pueden costarle año y medio de prisión e inhabilitación al abogado Alfonso Zenon. Un posible castigo penal, fruto de una querella por calumnias interpuesta por el exconsejero de Interior, al que se sumaría una indemnización de 15.000 euros por «dañar el honor» del parlamentario.

En la vista oral celebrada ayer en Bilbo, Zenon, que decidió representarse a sí mismo, negó que sus palabras tuvieran por objeto imputar un delito al exconsejero y explicó que, al pronunciar dicha expresión, quería remarcar que la Ertzaintza había torturado a cinco ciudadanos vascos «bajo las órdenes» de Ares. «Ese era el sentido de mis palabras», remarcó el letrado, que en 2010 defendió a Ibon Iparragirre, Xeber Uribe, Asier Badiola, Urtza Alkorta y Zunbeltz Bedialauneta, quienes denunciaron haber sido torturados en Arkaute durante el período de incomunicación.

«Era una obligación para con mis defendidos y cuando se den casos similares seguiré denunciándolos. Y de ninguna de las maneras la intención de este letrado era faltar al honor de nadie, ni siquiera al de la Policía autonómica», destacó tras reiterar que, al decir «a las órdenes de Ares», quería remarcar que Rodolfo Ares era en aquel entonces el consejero de Interior, y, por lo tanto, el máximo responsable de la Ertzaintza.

Estas explicaciones no convencieron al hoy parlamentario del PSE, que ayer compareció ante el Juzgado de lo Penal número 6 de Bilbo para ratificar su denuncia. «Me sentí ofendido, sentí que se atacaba mi honor, mi credibilidad como persona. [...] Y sentí la necesidad de actuar para defender mi honor y para defender mi credibilidad personal y política», manifestó.

Sin investigación

En alusión a la querella contra Zenon, interpuesta tras la aprobación de una proposición no de ley en el Cámara de Gasteiz, Ares señaló que la decisión de abrir una vía penal no dependió del Parlamento. Según relató, a los responsables de Interior les pareció «prudente y responsable» esperar al debate de una iniciativa presentada por el parlamentario Carlos Urquijo (PP). «Pero en ningún caso condicionó la misma, porque esa decisión la adopté en el momento que tuvimos conocimiento de las declaraciones», subrayó el querellante, que cambió el tono para defender la labor de la Ertzaintza y negar los casos de tortura. A este respecto, denunció que el letrado había afirmado «injustamente y sin base que la Ertzaintza torturaba».

Cuestionado por las denuncias de tortura presentadas por Alkorta, Iparragirre, Badiola, Bedialauneta y Uribe, reconoció que Lakua no consideró necesario realizar una investigación. Esto choca con lo advertido por el propio consejero del Gobierno de Patxi López en 2010, cuando señaló que «siempre que hay denuncias de torturas tramitadas evidentemente se abre todo tipo de investigación cuando es necesario».

Ares comentó que en esta ocasión la División Antiterrorista aplicó los protocolos internos a los detenidos, que, al parecer, estuvieron asistidos por un letrado y un médico forense durante los cinco días que duró la detención incomunicada en Arkaute. «La mejor prueba de que no hubo torturas es que cinco de los detenidos presentaron denuncia ante los juzgados y estas fueron archivadas después de ser admitidas a tramite», añadió el exconsejero.

Vídeos borrados

Estas palabras fueron rebatidas por Alfonso Zeron, quien, en calidad de abogado defensor, recordó que no existen pruebas que avalen la versión oficial, ya que Lakua borró unas cintas que supuestamente demostrarían que la Ertzaintza no había procurado un trato vejatorio a los detenidos. «Afirma que hubo control procesal debido a que se grabaron en vídeo las declaraciones. ¿Le consta que el Ararteko le solicitó que le entregará estas grabaciones?», preguntó.

«Sí, me consta. Pero de acuerdo con los informes de nuestros servicios jurídicos, si hay una causa judicial abierta, tienen que ser los tribunales los que reclamen la remisión», replicó Ares tras mostrar sus discrepancias con el informe elaborado por Iñigo Lamarca, que criticó el borrado de las imágenes obtenidas en dependencias policiales. «Nadie pidió esas grabaciones y automáticamente, como marca la regulación, en tres meses se borran y ya no existen», añadió.

El borrado fue un grave problema para los detenidos, que ayer comparecieron para dar cuenta de las torturas padecidas a comienzo de 2010. Así, Xeber Uribe mantuvo que fue torturado por agentes de la Ertzaintza que no se identificaron cuando se produjo su detención y amenazaron con arrestar a miembros de su familia si no colaboraba. Además, tal como recordó Zenon, fue sometido a interrogatorios ilegales y le obligaron a estar 24 horas al día con la luz encendida, sin poder descansar.

En la misma línea, Zunbeltz Bedialauneta, que permaneció más de dos años en prisión provisional por un supuesto delito del que luego fue absuelto, narró el «infierno» vivido durante cinco días en Arkaute.

Asier Badiola dio cuenta, por videoconferencia, de las lesiones provocadas por la actuación policial; actualmente encarcelado en el penal de Valencia III, explicó que los ertzainas le provocaron una fisura durante su detención.

También por videoconferencia, Urtza Alkorta habló de las torturas a las que fue sometida. Cuestionada por los representantes de la acusación, que le preguntaron por qué no había notificado los malos tratos al forense, explicó que no se atrevió porque no sabía si se trataba de un médico o de un policía.