Amaia Zubieta, Kepa Yekora
Miembros de STEE-EILAS
GAURKOA

La gran estafa: programas de aprendizaje en inglés

Todos los agentes educativos de Navarra compartimos con el gobierno y la sociedad un objetivo: la necesidad de mejorar el conocimiento de lenguas extranjeras. Si bien la formación de las personas, también desde el plano de capacitación lingüística, se desarrolla durante toda la vida, el sistema educativo público debe asumir un papel fundamental para establecer no solo una base a partir de la cual seguir formándose, sino alcanzar el objetivo de conocer, valorar y respetar tanto las lenguas propias como las lenguas extranjeras. Por parte de nuestro sindicato, hasta ahí llegan las coincidencias; porque está claro que el camino que ha tomado el departamento de educación no es ni el único posible, ni el mejor.

El departamento ha extrapolado un planteamiento metodológico, la inmersión lingüística, que ha dado y da buenos resultados en situaciones en las que la finalidad es el recuperar y/o el prestigiar la lengua minoritaria o también en centros de alumnado de élite que recibe una enseñanza bilingüe. Partiendo de la hipótesis de que mediante la semi-inmersión también obtendrían resultados positivos iniciaron programas experimentales que han ido generalizando sin ninguna evaluación seria que constate los beneficios para el alumnado. Por el contrario, se niegan a tomar en consideración las evidencias de que pueden ser perjudiciales para el alumnado que no procede de un ámbito socio-cultural alto, como ha demostrado el reciente estudio de la Universidad Carlos III de Madrid.

Desde luego no es este el camino que se está siguiendo en otros países europeos. En la mayor parte de ellos el inicio de la enseñanza de una lengua extranjera se hace a la edad de 8 años, aunque durante los últimos tiempos hay una tendencia continua a adelantar la edad y en algunos se inicia a los 6 años. Sólo en el estado español y en una zona de Bélgica se comienza a los tres años. La regla general es empezar en primaria e intensificar los esfuerzos en la etapa secundaria, llegando a impartir hasta un 36% (20% es lo habitual) del currículum en lengua extranjera frente al 10% del estado español. Los programas bilingües, cuando los hay, se imparten en Secundaria y no están generalizados. Lo que si están claros en la mayor parte de los países son los objetivos que se plantean en las distintas etapas con respecto al nivel de adquisición de lengua o lenguas extranjeras en el marco de referencia europeo.

El sindicato STEE-EILAS, que siempre se ha mostrado preocupado por la implantación de estos programas, realizó el año pasado un estudio sobre la situación los mismos y constató graves carencias: falta de profesorado especializado con acreditación de nivel de inglés, de recursos didácticos, de coordinación, de formación específica y permanente... Sólo se mantiene una mínima calidad por la extraordinaria dedicación del profesorado que los imparte. Nuestra conclusión era que es absolutamente necesario un debate social sobre política lingüística y su repercusión en el sistema educativo. Y decimos sobre política lingüística, y no exclusivamente sobre el aprendizaje en lenguas extranjeras, porque Barcina ha declarado explícitamente que el objetivo de los programas, como ya sospechá-bamos, es el frenar el avance del modelo D, de los programas de inmersión en euskera.

Después de presentar el informe públicamente y al resto de los sindicatos del ámbito educativo (que no manifestaron interés alguno), mantuvimos una ronda de conversaciones con todos los grupos parlamentarios para pedir que se propiciase la realización de ese debate y se paralizase cautelarmente la extensión de los programas. Recibimos buenas palabras de algunos grupos, preocupación sobre cómo se estaban haciendo las cosas de otros, impotencia también para poder contrarrestar la información unilateral del consejero... Pero después de una segunda ronda para intentar paralizar esta carrera loca del gobierno de seguir con la implantación para que no tenga marcha atrás hemos visto que solo Nabai y Bildu lo solicitan, los demás grupos prefieren mirar para otro lado. Como cínicamente comentaba un parlamentario: «sabemos que es un desastre, pero el inglés se vende solo y nuestro grupo es el primero que lo impulsa y lo va seguir impulsando».

Así es, el inglés da votos y además frena el avance del euskera. Por eso los alcaldes y concejales de los pueblos navarros se apresuran en solicitar la implantación de los PAI en sus localidades y por eso el Departamento de Educación se apresura en dar respuesta a esas solicitudes. Este año se implantará en 13 centros públicos más y, por primera vez, en 17 privados. Excepto contadas excepciones, los centros públicos en los que se ha anunciado la puesta en marcha para el próximo curso se han enterado por la prensa, llamada de teléfono o por un correo de cortesía enviado la víspera de su anuncio público. Esta estrategia se ha utilizado para poder evitar cualquier tipo de oposición o resistencia.

En muchos de los centros el profesorado está claramente en contra, se siente ninguneado, no se les informa, ni se les consulta; en otros hay resignación asumen que se implante porque si no la matricula iría a los centros de otras localidades limítrofes donde ya está implantado.

El papel de las familias es fundamental. Como es lógico, desean lo mejor para sus hijas e hijos, y si la información sesgada que reciben es que todo son bondades y además del currículum habitual van acabar la escolarización siendo bilingües en inglés evidentemente no sólo no se oponen sino que directamente lo solicitan. Decir que van a conseguir que el alumnado sea bilingüe al finalizar la escolarización obligatoria es mentir a las familias. Los objetivos marcados en el aprendizaje está íntimamente relacionado con la definición de para qué queremos conocer el idioma, y no es lo mismo querer vivir en ese idioma (persona bilingüe), que contar con la capacitación suficiente para viajar, establecer una relación de cortesía con otras personas... El Marco Europeo de las Lenguas tiene definido los diferentes niveles de capacitación dependiendo de las habilidades lingüísticas que la persona hablante puede desarrollar. Sí es cierto que cuantas más horas se dediquen a la enseñanza del idioma se consigue un mayor conocimiento, pero ser una persona bilingüe va más allá. Por desgracia, no sucede lo mismo con la obtención de otros objetivos educativos, que pueden verse perjudicados. Los libros de texto en lengua inglesa, están adaptados para que el alumnado con recursos lingüísticos limitados puedan adquirir los conocimientos y habilidades de la materia. Con un pobre lenguaje, artificial en la mayoría de los casos, la adquisición de las distintas competencias de las áreas se ve afectada. También nos hemos dirigido a las federaciones de APYMAS para ofrecer nuestra colaboración. Sortzen es consciente del problema y su apuesta es por el modelo D para toda Navarra. Herrikoa, aunque manifiesta dudas sobre la información ofrecida por el Consejero, prefiere creérsela.

El Departamento, y el señor Iribas a la cabeza, es responsable de la manipulación informativa, de la falsedad explícita sobre el objetivo de los programas, los datos acerca de la cualificación del profesorado o de los recursos con los que se cuentan; de la imposición, el oscurantismo o las represalias ante las críticas. Las conocidas «Mentiribas» adquieren todo su esplendor en las «Mentipai». Pero, por desgracia, cuentan con una complicidad generalizada de muchos de los agentes educativos y grupos políticos que, por intereses particulares, están mirando a otro lado.

Hemos visto la resistencia ciudadana que programas similares han generado a inicios de este curso en Mallorca o hace unos años en Galicia, ¿en Navarra nos vamos a dejar engañar, sin más? Exijamos transparencia informativa, evaluación, debate social y la paralización inmediata de la extensión de los programas de aprendizaje en lenguas extranjeras.

STEE-EILAS apuesta por un sistema educativo que garantice que el alumnado tenga una capacitación lingüística en lengua extranjera suficiente. Si bien el debate sobre la enseñanza del idioma ahora está centrado con el inglés, no podemos olvidar que en una parte de Navarra se habla en francés. No podemos dejar de lado el conocimiento de las lenguas propias de Navarra, tenemos que trabajar por un modelo educativo que consiga la cohesión no solo social, sino también lingüística. El paso del bilingüismo euskera-castellano al plurilingüismo es mucho más sencillo. Hemos pedido en repetidas ocasiones la extensión del modelo D a toda Navarra, así como el replantearse cómo se enseñan las lenguas extranjeras. En Navarra el camino emprendido por el Departamento ha sido el de la imposición, manipulación y engaño, pero familias como las de Uharte han demostrado que desde el razonamiento, el trabajo y la unión de todo un pueblo se pueden conseguir los objetivos de defensa de la lengua.