Juan del Barrio
Miembro del Consejo Navarro de Medio Ambiente
KOLABORAZIOAK

El Crana y la gestión ambiental en Nafarroa

Resulta imprescindible un cambio en el Ejecutivo navarro, donde nuevas políticas ambientales sean posibles. Un cambio donde la nueva gestión esté dirigida en interés de la ciudadanía y no de los intereses privados

La anunciada desaparición del Crana (Centro de Recursos Ambientales de Navarra) viene enmarcada en la paupérrima gestión ambiental del Gobierno de Nafarroa a lo largo de décadas. El medio ambiente nunca ha sido su preocupación; de hecho, es una molesta rémora. Lo que desearían es su total desregularización, pero esto no es posible por imperativo legal que emana de las directivas europeas, de obligado cumplimiento.

Cuando no se cree en algo, como en este caso, se lleva con desgana y en la medida de lo posible saboteando los procesos de información y participación ciudadana en proyectos ambientales que nos afectan. Un ejemplo lo tenemos en las obras del TAV, de Itoitz-Canal de Navarra, de la mina-cantera en el LIC/ZEC Monte Alduide, o las autorizaciones para la incineración de residuos peligrosos y nueva actividad para elaborar magnesita en los hornos de la corrupta Cementera de Olazti.

Con la eliminación del Crana consiguen desmantelar las políticas ambientales en nuestra comunidad, algo que han tolerado a regañadientes durante once años. Molestaba profundamente al Gobierno que a propuesta de 150 entidades naciera esta fundación, y que durante este tiempo haya desarrollado importantes tareas de educación, información y participación social en materia ambiental. La recesión económica ha sido la excusa apropiada para darle el «tiro de gracia».

Invitado por el Crana, he asistido a los interesantes procesos de participación social en materia de residuos, desde donde tomó cuerpo definitivo el actual Pigrn. También en los Foros del Agua con los planes de Cuenca. En este caso, los participantes (alcaldes, técnicos, mancomunidades, ecologistas...) nos creímos lo de la participación y planteamos a Medio Ambiente la continuidad como grupo. La respuesta de la consejera Begoña Sanzberro cortó de raíz nuestra iniciativa. Interesantes fueron también las exposiciones y debates en el Foro de la Sostenibilidad, sobre «Retos para la Sostenibilidad», «Calidad Democrática y Participación Pública», «Río+20», «El futuro del tren en Navarra», etc. Todo esto queda ahora en el aire y dudo mucho de su continuidad.

Resulta ridículo pensar que las labores que hacía el Crana las va a llevar adelante Medio Ambiente. Esto no es creíble, dado que ese Departamento está esclerotizado, sin medios humanos, con la moral por los suelos y sin apenas presupuesto. Este descendió entre 2006 y 2014 en un 50%, y es por esto que tienen que externalizar muchos trabajos y no atender otros como sería deseable.

Queda en papel mojado la Ley Foral de Transparencia y Gobierno Abierto que aprobó recientemente el Gobierno, una norma que configura una nueva forma de relación entre la ciudadanía y la Administración a través de tres pilares: transparencia sobre su actividad, derecho de la ciudadanía a la información y, finalmente, participación y colaboración ciudadana. En adelante los colectivos, organismos y la ciudadanía nos veremos obligados a recurrir a Europa para que los obligados procesos de participación e información ambiental se realicen.

La complicada realidad de las arcas forales con lo que justifican semejantes cierres y regulaciones son debidas a la nefasta gestión desde el Gobierno, que ha priorizado favorecer a sus amigos -los banqueros y constructores- en obras descabelladas como son el Canal de Navarra, las obras del TAV, Circuito de Los Arcos... entre otras.

Resulta imprescindible un cambio en el Ejecutivo navarro, donde nuevas políticas ambientales sean posibles. Un cambio donde la nueva gestión esté dirigida en interés de la ciudadanía y no de los intereses privados.

Espero y deseo que las próximas elecciones forales descabalguen a quienes han demostrado tan poco interés por el medio ambiente y por la ciudadanía. Mientras tanto, es exigible que mantengan el Crana, aunque se reduzca su presupuesto... pero sin que este desaparezca.