Bidasoa presentaba oficialmente ayer a su nuevo fichaje, el lateral izquierdo sueco Filip Källman, que acaba de cumplir 22 años hace tres semanas, mide 202 centímetros y es hermano de Jonas, que ha jugado más de una década en la Liga Asobal, enrolado en el Ciudad Real, hasta que tuvo que volver a su país tras la desaparición del Atlético de Madrid, al Skövde, el club donde dio sus primeros pasos.

Como su hermano Jonas, Filip también volvió a Suecia tras una prueba con el Ciudad Real -fruto de la «casualidad», con 17 años fue a visitar a su hermano, entrenó un par de veces con los juveniles, mostró potencial y le dijeron que se quedara, aunque no duró mucho-, y su paso posterior por Naturhouse y Academia Octavio, donde jugó la pasada temporada (marcó 81 goles, la mitad de lanzamientos desde nueve metros). Ambos se reunieron en el IFK Skövde, y ambos por poco tiempo. Jonas fichó por el Pick Szeged húngaro de Juan Carlos Pastor a finales de enero (por lo que queda de esta temporada y otras tres), y Filip poco después por Bidasoa.

El entrenador bidasotarra, Fernando Bolea, señalaba ayer durante la presentación que Filip Källman «es un jugador que por su capacidad de lanzamiento exterior puede ayudar mucho al equipo en lo que queda de competición. Tenemos una plantilla espectacular en cuanto a entrega -añadía-, pero carecíamos de lanzamiento exterior, y esperamos que Filip aporte esa capacidad de intimidación, que salgan las defensas más y se generen espacios para penetrar o conectar con el pivote».

Las próximas cuatro o cinco jornadas serán determinantes para las aspiraciones irundarras, empezando por la visita del Aragón mañana sábado en Artaleku (luego viajará a Valladolid, recibirá al Gijón y jugará en Sagunto), y el club se ha esforzado por proporcionar al técnico una pieza que pueda ayudar más al equipo tras el intento fallido con Milosevic. Bolea aseguraba que Filip Källman está listo para debutar este mismo sábado, en busca de una victoria que podría suponer incluso que Bidasoa abandonase el farolillo rojo esta jornada, si a su victoria le acompañara la derrota del Valladolid el domingo en Iruñea.

Filip Källman, por su parte, quiso dejar claro que no es el salvador del equipo y que tratará estos meses de «hacerlo lo mejor posible para ayudar a lograr la permanencia», un objetivo para el que ve capacitado al conjunto amarillo. De hecho, no ha sido un jugador determinante en ninguno de los clubes en que ha jugado, y su papel en el Skövde estos últimos meses no ha sido especialmente destacado aunque, si es capaz de ofrecer lo que Bolea necesita de él desde el primer minuto, podría aportar ese plus que ayude al Bidasoa a salvar la categoría, el único objetivo de los irundarras.