Aritz INTXUSTA IRUÑEA
CRISIS INSTITUCIONAL EN NAFARROA

Kontuz denuncia a Goicoechea en el TS entre indicios de más ilegalidades

Kontuz denunció ayer por la mañana ante el Supremo a Lourdes Goicoechea por prevaricación, tráfico de influencias y negociaciones prohibidas. Por su lado, Cadena Ser descubría que la asesoría fiscal de la vicepresidenta sigue activa en el despacho de su marido, un arquitecto.

Los manejos turbios de la vicepresidenta navarra que denunció la exgerente de Hacienda ya están en manos de los tribunales. La asociación sin ánimo de lucro Kontuz puso una denuncia por descubrimiento y revelación de secretos que afecta al derecho a la intimidad de las personas, infidelidad en la custodia de documentos, tráfico de influencias, negociaciones prohibidas a funcionarios y autoridades, y prevaricación.

La denuncia se registró por la mañana ante el Tribunal Supremo, ya que Goicoechea goza de aforamiento, el mismo privilegio que disfrutó Barcina en el «caso de las dietas».

Kontuz solicita al Alto Tribunal que tome declaración tanto a la vicepresidenta como a la exgerente de Hacienda y presenta como prueba el testimonio que dio Idoia Nieves en el Parlamento. De otra parte, también se requerirán los documentos comprometedores (informes y correos electrónicos) que Nieves dijo poseer.

Mientras tanto, la Cadena Ser dio a conocer nuevos datos que apuntalan una de las acusaciones de la exgerente que más desapercibidas habían pasado: la consejera de Hacienda podría continuar asesorando fiscalmente a empresas. Esta emisora añadía también que la asesoría fiscal de Goicoechea jamás ha estado dada de alta en el Registro Mercantil.

La vicepresidenta, preguntada por este motivo, aseguró que se dio de baja como autónoma al acceder al cargo (si no, hubiera vulnerado la Ley de Incompatibilidades) y que traspasó su cartera de clientes a una abogada que trabajaba para ella, Ana Cámara. El despacho de Cámara es el mismo que el del marido de Goicoechea, Joaquín Arellano.

El grueso del escándalo desvelado por Nieves está vinculado a esa asesoría fiscal. Según su relato, en reiteradas ocasiones Goicoechea acudió a la jefa de los técnicos de Hacienda a pedir tratos de favor a clientes de la asesoría o para saber si estos iban a ser inspeccionados por la Hacienda Foral.

En concreto, las sospechas le surgieron después de que el 8 de abril la vicepresidenta le pidiera que «tratasen bien» a una empresa del sector agroalimentario cliente suyo. «Me negué a hacer lo que pedía. También me preocupó constatar que recibía clientes como si siguiera siendo su asesora fiscal». El problema es que, si continuaba con esa labor y la jefa de Hacienda no lo sabía, solo puede ser porque no lo declaraba.