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El instigador de las protestas reta al presidente venezolano a detenerle

El instigador de las violentas protestas del miércoles y líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, retó a través de Twitter al presidente Nicolás Maduro, a detenerlo. Antes militó en el partido Primera Justicia junto a Henrique Capriles, con quien no mantiene buena relación.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien acusó a Washington de instigar las protestas violentas del miércoles, pidió a los dirigentes opositores que «asuman su responsabilidad por una vez en la vida (...) desde el corazón, sin chantajes, con valentía», al tiempo que aseguró que los responsables de la violencia serán capturados «uno a uno y se hará justicia».

Por su parte, el canciller, Elías Jaua, confirmó la orden de detención cursada por la Fiscalía contra el líder del partido Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, sobre quien destacó que «ya fue protagonista del intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2011, cuando dirigió un allanamiento ilegal contra el Ministerio del Interior».

López retó a Maduro a través de su perfil oficial en Twitter. «¿No tienes las agallas para meterme preso?. ¿O esperas órdenes de La Habana?», escribió.

En este tenso clima, para hoy hay convocada una marcha por «la paz y contra el fascismo». Maduro confirmó su participación y atribuyó las muertes del miércoles a un grupo opositor. Comparó esta situación con la que se vive en Ucrania.

El líder de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) -coalición opositora-, Henrique Capriles, quien se desmarcó de las protestas y que no oculta su antipatía hacía López, condicionó el diálogo con el Gobierno a que éste asuma ciertos compromisos, entre ellos el desarme de los «grupos paramilitares». «Cuando hay problemas de electricidad, nos dice que la culpa es de una iguana; si no hay dólares, la culpa es de los que viajan; si no hay alimentos, es culpa nuestra porque comemos mucho. Ahora, la violencia es culpa de unos mercenarios», manifestó.

Por otra parte, Telesur adelantó ayer los cinco ejes centrales del Plan de Paz y Convivencia del Ejecutivo que se sintetizan en la consolidación de un nuevo sistema policial, la implantación de una política que persiga la construcción de «nuevos valores» en la sociedad, la realización de operaciones de desarme, la imposición de «castigos severos» en centros penitenciarios para aquellas personas que cometan «actos ilícitos», el impulso de una «cultura de paz y sana convivencia» en los medios de comunicación y del Instituto de Atención Social a las Víctimas para brindar atención a los afectados por la violencia.