El tercer aniversario del inicio de la revuelta en Bahrein se desarrolló ayer con enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes como consecuencia de la intervención policial para impedir las protestas que exigían una monarquía constitu- cional y con dos explosiones que, según el Gobierno, tuvieron como objetivo a la Policía.

Atendiendo a la convocatoria de la oposición, liderada por el poderoso movimiento chií Al-Wefaq, y de la Coalición 14 de Febrero, los manifestantes salie- ron a las calles durante todo el día en varias aldeas chiíes y en el centro de la capital, Manama, donde las manifestaciones siguen prohibidas por las autoridades. Desde primeras horas se produjeron choques esporádicos en distintas zonas del país, en los que la Policía lanzó gases lacrimógenos y disparó perdigones para dispersar a los manifestantes, que se defendieron con piedras.

Al-Wefaq señaló que hubo protestas en medio centenar de puntos y que una mezquita de Durza fue atacada durante el rezo por las fuerzas de seguridad.

Por su parte, el Gobierno barheiní denunció ayer la explosión de sendos artefactos, uno de ellos contra un autobús que transportaba a policías en la población de Daih, una localidad de mayoría chií, y que causó heridas leves a tres agentes. Otros dos sufrieron heridas en una explosión similar en Dair, que al igual que la primera no fue reivindicada por ningún grupo.

Explosiones similares registradas con anterioridad han sido cuestionadas por los activistas, que apuntan a una propaganda mediática del Gobierno para desprestigiar a la oposición.

En cuanto a las protestas, las autoridades se limitaron a señalar que la Policía dispersó de manera legal a «matones» involucrados en actos de vandalismo.

La oposición había convocado también ayer una huelga general, que fue secundada por numerosos comercios como sucedió la víspera.

Los activistas informaron, además, de detenciones y de decenas de heridos durante estos dos días de protestas, que desafiaron el amplio despliegue policial.

Las movilizaciones comenzaron el jueves, cuando se registraron disturbios que se saldaron con algunos heridos y con la detención de una treintena de personas, y continuarán hoy.

Barhein es un pequeño reino del golfo Pérsico, escenario desde febrero de 2011 de protestas que exigen reformas políticas, lideradas por la mayoría chií contra la minoría suní gobernante.

Más de cien personas han muerto y miles han sido detenidas, según la oposición.