MIKEL INSAUSTI
Zinema kritikaria
CRíTICA: «Alabama Monroe»

Un gran melodrama con corazón de música bluegrass (I)

No tengo el gusto de conocer a Felix Van Groeningen, pero eso no impide que salga del cine pensando que su película la ha hecho para mí. Estoy convencido de que esa misma extraña sensación la habrán tenido muchos otros espectadores en todo el mundo, porque cuando algo te llega tanto es como si de alguna manera te perteneciera. En mi caso la íntima conexión se debe a que coincido plenamente en la necesidad de devolver al melodrama su esencia musical, objetivo que «Alaba Monroe» consigue con creces como no lo había hecho ninguna otra realización en los últimos tiempos.

La perfecta integración genérica del melodrama y el cine musical equivale a la que en su día hiciera el maestro Stanley Donen con respecto al melodrama y la road movie en «Dos en la carretera». La cita es pertinente debido a que «Alabama Monroe» se acoge a aquella entonces revolucionaria estructura narrativa a saltos temporales, dejando de lado cualquier desarrollo cronológico. Donen se adelantó a su época al hacer el genial descubrimiento de que la mejor fórmula para describir la relación de una pareja, desde que empieza hasta que termina, era mostrándola de una forma fragmentada. Han tenido que transcurrir casi cinco décadas para que los nuevos cineastas vuelvan a investigar en esa dirección. Recientemente lo hizo Derek Cianfrance con «Blue Valentine», aunque Van Groeningen llega bastante más lejos.

Van Groeningen establece un conflicto entre razón y sentimiento, como si se tratara de un discurso emocional. Por lo tanto, el cineasta belga no necesita seguir un desarrollo histórico de la vida de una pareja, sino que prefiere remarcar momentos claves en los cuáles del choque entre las ideas y lo pasional surge el consiguiente debate.

El desencuentro personal va derivando hacia las diferencias representadas por el dilema ciencia-religión, a medida que Monroe se obsesiona con la enfermedad de su hijita y las trabas que la Iglesia pone a la investigación con células madre, mientras Alabama se refugia cada vez más en sus creencias en otra vida mejor de naturaleza espiritual.