Anton Borja
PROFESOR TITULAR DE LA UPV-EHU (DOCTOREN ECONOMÍA)
ANÁLISIS | Mirando al futuro

Crisis de la economía española. Medidas de avance (I)

Tras el diagnóstico de la economía española de la pasada semana, el autor desgrana las principales medidas que, a su juicio, es necesario acometer para configurar un modelo productivo más equilibrado y sostenible, buscando un mejor reparto de la riqueza y un mayor volumen de empleo.

Ante la actual crisis económica, se plantean diversos escenarios. En primer lugar, la aceptación del ajuste real como exige la troika ( Bruselas, el BCE y el FMI). Como vimos, tanto Zapatero como Rajoy cumplieron y cumplen fielmente lo exigido por la troika. Pero, dado el conjunto de factores ya señalados, no consiguen restablecer la solvencia de la economía española. El retroceso de la actividad productiva así como la debilidad del mercado interno, imposibilitan la reducción del déficit público, dado que los ingresos fiscales son más reducidos que lo esperado y, en cambio, los gastos públicos son superiores a lo esperado.

El volumen del paro (que alcanza una cifra cercana a 5 millones de personas), la no mejora sustancial de la balanza comercial o el endeudamiento público y privado siguen creciendo, constituyen los resultados de esta estrategia de ajuste. Esta estrategia cree que a través de la mejora de la competitividad-coste (reducción salarial) se incrementarán las exportaciones, así como la mejora de los beneficios empresariales y, por tanto, sirve para incrementar las inversiones productivas en las empresas españolas.

La realidad muestra que las exportaciones españolas no aumentan sustancialmente en 2013, a pesar de la reducción salarial. Factores como la debilidad del tejido industrial, la rigidez, al alza, de los precios industriales en las exportaciones, la debilidad del mercado interno, entre otros factores, imposibilitan una perspectiva de mejora social y económica, manteniéndose la recesión y el paro. En febrero 2013, el Instituto IFO alemán pronostica una recesión que puede durar diez años.

Otro de los escenarios que se plantea es el que representan voces como la del presidente francés Hollande quien, ante la austeridad salarial existente en la UE, apoyan el reforzamiento de instrumentos financieros que alivien los costes de financiación de los Estados miembros como es el MEDE. También ha propuesto la «mancomunidad de deudas públicas», con la emisión de eurobonos, a lo que se opone firmemente Angela Merkel, para financiar mancomunadamente la crisis de las deudas públicas de algunos países europeos.

Finalmente, proponen impulsar el crecimiento económico mediante la inversión industrial a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) o la instauración de un impuesto de transacciones financieras.

Este tipo de medidas, aun aliviando el problema de las deudas de varias economías de países europeos, tendrían la oposición de responsables políticos de varios gobiernos, entre ellos los alemanes, dado que el proyecto europeo no es más que un agregado de intereses de los Estados. Y parecidas dificultades aparecen cuando se trata de modificar y revisar radicalmente el estatus institucional del sistema financiero privado a escala europea.

También se considera la reestructuración y la quita parcial de la deuda exterior (pública y privada). Lo que exigiría un compromiso cooperativo entre acreedores y deudores, lo que no es factible hoy en día, ya que las autoridades europeas no quieren utilizar esta estrategia porque la reacción de los mercados financieros ante un impago parcial de las deudas públicas se traduciría en una elevación de los tipos de interés.

Un tercer escenario sería el de la búsqueda de una estrategia cooperativa de forma que la economía española encuentre la solvencia adecuada. Lo que supondría inversión extranjera financiando proyectos industriales a la vez que una compra masiva de títulos de deuda pública. Tampoco se ve factible actualmente

Por último, si el segundo y tercer escenario son rechazados, para recuperar la solvencia de la economía española habría que salir del euro y plantear la devaluación de la nueva divisa que se sitúa en un 30% (otros analistas plantean el 50%). A señalar que salir del euro, por sí mismo, necesariamente no implica quedarse fuera del proyecto de la UE ni plantea necesariamente la recuperación del instrumental de soberanía económica.

Las diversas implicaciones de la salida del euro, con ventajas e inconvenientes, suponen un análisis en profundidad. Actualmente no es viable, dada la ausencia de mayoría social a favor de dicha vía.

A continuación se señalan ciertas medidas-eje de avance para ir configurando un modelo productivo más equilibrado y sostenible buscando la eficiencia social (mejor reparto de la riqueza y mayor volumen de empleo), medioambiental y económica. El modelo de desarrollo endógeno y sostenible comporta que las personas sean partícipes del quehacer de la comunidad y de su construcción social económica y política. Veamos, ahora, algunas consideraciones ,desde esta perspectiva, de los grandes sectores económicos:

Sector agrario: Obtener productos agrarios de calidad alimentaria y en cantidades suficientes para garantizar el abastecimiento alimentario de la población. Mejorar la balanza alimentaria. Defender al sector pesquero tradicional y la acuicultura. Fomentar modelos de transformación agroalimentaria basados en pequeñas y diversificadas industrias y empresas de servicios, potenciando los circuitos cortos de comercialización. Potenciar el modelo de explotación familiar y explotación asociada o cooperativa, articulando políticas agrícolas que favorezcan a los pequeños y medianos agricultores.

Dado el pequeño peso de la agricultura en el marco de la producción global, conviene sustentar políticas de reagrarización del territorio, especialmente en algunas producciones muy ligadas a necesidades sociales, como es el caso del trigo (más de un 50% del trigo consumido se importa). Asimismo, potenciar una política agraria que disminuya el peso de las importaciones. A señalar que al fomentar la agricultura ecológica se fomenta el empleo agrario, dado que necesita un 30% más de mano de obra que la agricultura intensiva.

El principio de libertad de mercado debe estar subordinado al principio de desarrollo sostenible. La Política Agrícola Común (PAC) europea debe ser coherente con los principios de soberanía alimentaria y desarrollo sostenible, lo que dista ser real en la actualidad

Sector industrial y sector servicios: El peso de la industria española, dentro del conjunto de la actividad productiva, es débil. Pero conviene considerar otros factores: el nivel tecnológico predominante en el tejido productivo español es de bajo y de bajo-medio nivel tecnológico. Sectores como el siderometalúrgico, alimentación, productos minerales no metálicos diversos y el químico son intensivos en consumo energético.

Ciertos subsectores, como la siderometalurgia, papelero, energético, cemento, entre otros, siguen siendo contaminantes, lo que supone un gran lastre para el modelo de desarrollo que buscamos.

Hay que aumentar la diversificación productiva y de ciertos servicios que pasa no solamente por el replanteamiento de ciertos subsectores manufactureros, sino por el impulso de nuevas actividades productivas no manufactureras clásicas, tanto en el campo de las nanotecnologías, biotecnologías y subsectores afines, como en la familia de actividades de «servicios avanzados para empresas» (ingenierías, consultorías, etc).

Inspirándonos en el estudio «Ideas para una nueva economía» (2010) se puede establecer una proyección de empleos nuevos para 2020, en un escenario de crecimiento lento, y considerando dos bloques de actividades. Por una parte, para actividades productivas de corte tradicional y para el periodo 2013-2020, se pueden crear 144.800 empleos en los sectores de la construcción -60.800 en rehabilitación de vivienda-, turismo -61.100 en servicios de mayor calidad y sostenibilidad- y transporte -22.400 empleos, partiendo de un reparto modal más equilibrado-.

Además, hay que considerar que sectores como el agroalimentario, siderometalúrgico, químico y el sector eléctrico tradicional seguirán contando con un peso específico importante, pero deben ir siendo complementados por otras nuevas actividades con alto potencial innovador y desarrollo tecnológico.

Así, los siguientes sectores deben ir constituyéndose en motores de crecimiento en el marco de un nuevo modelo productivo.

-Energías renovables: La Comisión Europea estima que para 2020 habrá una reducción del 50% en os costes, equiparándose a los precios del kwh obtenido de forma tradicional. En el campo de las energías renovables, por cada empleo directo que se crea, se originan 1,2 empleos indirectos, como valor medio. Por otra parte se persigue conseguir que el 50% de la electricidad producida sea de origen renovable, para 2020. El volumen de empleo nuevo, para 2020 se estima en 23.000 personas.

-Eco-industrias: Abarca dos campos de actividades: la gestión de la contaminación y la gestión de recursos, donde hay un potencial de empleos variable, estimándose, para 2020 en 6.700 empleos.

-Tecnologías de la información y la comunicación: Además de su propio potencial de desarrollo, tiene un enorme impacto transversal en otros sectores productivos. A señalar el aumento en la productividad en las empresas y en la eficiencia de la Administración Pública. Se estiman en 111.200 empleos nuevos para 2020.

- Biotecnología y nanotecnología: La biotecnología abarca actividades como la acuicultura, la agricultura, la industria (sector agroalimentario) y la salud, mientras la nanotecnología la agrupamos con actividades de microelectrónica, materiales avanzados, fotónica y tecnologías de fabricación avanzada (TFE). El volumen de negocio que se estima para las TFE es de un billón de euros en 2015, experimentando un fuerte crecimiento en estos años. El volumen de empleo nuevo estimado es de 3.700.

- Industria aeroespacial: Tanto por la renovación de la flota aérea civil como por las expectativas de un crecimiento similar al de la década del 2000, se estima que el empleo nuevo crezca en 4.400 personas.

- Industrias culturales: El valor económico de la lengua castellana y de los negocios relacionados con ella han aumentado en los últimos años. Se estiman en 25.600 empleos el potencial de crecimiento para 2020.

- Servicios sociales: El gasto español «per cápita» es menor que el de la media europea. Especialmente hay que reforzar la atención a la dependencia como nuevo servicio social. Además de generar empleo, se libera a las familias para que se incorporen a la actividad profesional. El volumen de empleo nuevo estimado es de 72.800 personas

Si hacemos un balance global del empleo nuevo tanto para las actividades tradicionales como para los nuevos sectores nos da un valor global de 361.400 empleos nuevos para 2020.

En el informe de la Fundación «Ideas» señalan que si hubiera una coyuntura más favorable, de crecimiento económico sostenido, el volumen de empleo nuevo se puede doblar. De cualquier forma, la transición del viejo modelo productivo hacia uno nuevo va a suponer muchos cambios y muchas actuaciones tanto de agentes privados como de agentes institucionales, debiendo ser las Administraciones Públicas motores en la implantación y desarrollo de las nuevas actividades.

Para ello, se plantea potenciar una política industrial activa. La intervención pública, de carácter estratégico, debe impulsar y reforzar la diversificación productiva, favoreciendo la durabilidad, modularidad y sostenibilidad de los bienes de consumo. La durabilidad va en contra de la obsolescencia programada. La sostenibilidad busca reducir los costes energéticos así como reducir la emisión de gases contaminantes. La investigación industrial debe reorientarse desde este punto de vista.

Esta nueva lógica productiva tiene que orientar toda la política industrial, así como la orientación de inversiones públicas y privadas. Asimismo, en el caso del tejido productivo español, sería necesario reforzar la intervención pública, directa e indirecta, así como replantear la participación de los asalariados y ciudadanos en la definición y realización de este tipo de objetivos.

Asimismo, se debería impulsar un modelo de desarrollo sostenible basado en una reducción importante del consumo energético (especialmente de energías no renovables), planteándose el objetivo de una reducción de consumo final de energía en un 15% para 2020.

Potenciar aspectos productivos del modelo de desarrollo endógeno y sostenible supone, entre otros aspectos, la existencia y el impulso de empresas industriales públicas o semipúblicas en el campo de las energías renovables, eco-industrias, bioindustria, e «ingeniería urbana»

En este apartado, se incluye el desarrollo de los Centros Tecnológicos, con una doble tarea de investigación y transferencia de tecnología, fomentando la variedad del sistema productivo, la creatividad entre los agentes participantes, así como la difusión y el uso de las tecnologías. Es de vital importancia la potenciación y extensión de los CT, especialmente en las actividades y en el campo de las pymes.

Los Centros de Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Económica. En nuestro tejido productivo no existen apenas iniciativas públicas de este tipo, lo que supone una ausencia importante para las pymes y su dinámica en el marco de la economía española e internacional.

Por último, en cuanto a los retos de la innovación, es preciso superar el dualismo industrial existente entre industrias tradicionales de bajo y medio contenido tecnológico (una gran mayoría de pymes) y cierto volumen de empresas grandes y pequeñas de subsectores de media-alta y alta tecnología, junto con sectores emergentes.

El gasto de I+D+i debe acercarse a valores del 3% del PIB para 2020, siendo el sector público dinamizador y aportador al menos del 1,5% y el sector privado otro 1,5%. Parecidas consideraciones respecto a la mejora del indicador de patentes/millón de habitantes, que sigue estando muy alejado de los valores medios de la UE.

A señalar, asimismo la necesaria inversión, publica y privada de carácter industrial, especialmente en los sectores innovadores.