Fede de los Ríos
JO PUNTUA

¡Viva el orden y la ley, vivaaa la guardia civilll!

¿Presumirán de su hazaña ante los compañeros de cuartel? ¿Cuánta instrucción es necesaria para conseguir tal grado de deshumanización sin que medie una guerra?

Nos disparaban como a pollos», han declarado algunos de los que sobrevivieron a la «proporcionada actuación». Qué pasa por la mente de un cráneo acharolado en el instante de disparar contra personas que, queriendo escapar del hambre, pretender ganar la costa española a nado. Muchos de los cuales, habitantes del África interior, ayudados de improvisados flotadores pues ni siquiera saben nadar.

14 muertos en aguas del Estrecho de Gibraltar. ¿Presumirán de su hazaña ante los compañeros de cuartel? ¿Cuánta instrucción es necesaria para conseguir tal grado de deshumanización sin que medie una guerra?

«Todo por la patria» reza en la entrada de sus acuartelamientos. Una patria que exige a sus hijos caer en semejante ignominia no merece seguir existiendo.

Lejos de asumir los actos criminales que todos pudimos ver en los diferentes vídeos, los responsables de la Guardia Civil niegan lo evidente. No usaron material antidisturbios porque «eso sería inhumano», los subsaharianos no estaban en aguas españolas y, por supuesto, nunca pusieron un pie en territorio español. Desde su fundación, hace ya 170 años, los muertos a manos del benemérito cuerpo acostumbran a morir bien por capricho, bien por un exceso de salud.

No existe ninguno de los pro-vida, que no aplauda la actuación de la guardia civil en la colonia española de Ceuta. Ni uno sólo. Uno de sus jefes que oficia de ministro del Interior amenizó los telediarios con videos elaborados por sus muchachos donde poder contemplar la terrible violencia de los atléticos jóvenes africanos. Nadie comulgó con las mal editadas imágenes. Nadie excepto él, después de confesarse a su más que laxo Dios, claro está.

Otros muchos de los que tienen apadrinados niños y niñas africanos, justifican lo que pasó. Los africanos mientras estén en África, sobre todo los niños pequeños, ayudan a nuestro sentimiento de bondad y altruismo al posibilitarnos ejercitar la caridad. Pero de cerca un negro adulto pierde mucho. ¿Por qué se empeñan en venir aquí si aquí también hay gente sin trabajo? Primero los de «aquí» ¿no? «Algo» hay que hacer en las fronteras porque de lo contrario se llenaría «esto» de sin papeles y sería un desastre para «todos».

Catorce más a añadir a los miles de ahogados en el mar por el hambre, la desesperación o el engaño del paraíso europeo. Como le ocurrió al senegalés Laucling Sonko hace unos años con Rubalcaba en Interior. Los que con él iban fueron testigos de cómo una patrullera de la guardia civil los detuvo cerca de la costa ceutí y los devolvió a aguas marroquíes lanzándolos por la borda, habiendo rajado previamente con un cuchillo sus flotadores. Laucling Sonko lloró e imploró por su vida. No sabía nadar. Los de las calaveras de plomo y alma de charol no lloraron con él, se rieron. Sonko moría ahogado y sus tres compañeros con hipotermia, magulladuras y heridas consiguieron ganar la costa marroquí.

Nos las vemos con gente de semejante catadura moral. Que no se nos olvide. Y mientras Rouco callado como puta.