El líder del Partido Demócrata (PD), Matteo Renzi. aceptó ayer con «energía y entusiasmo», pero con «reservas por la responsabilidad del reto» el encargo del jefe del Estado, Giorgio Napolitano, de formar Gobierno en Italia y anunció que, tras su renuncia ayer a la Alcaldía de Florencia, hoy comenzará las consultas con los partidos políticos con intención de tener formado su equipo «en unos días».

Los medios italianos vaticinan que las consultas podrían prolongarse hasta el jueves y que la toma de posesión no tendrá lugar hasta el fin de semana, por lo que la ratificación parlamentaria no se produciría hasta la próxima semana.

«Con toda nuestra energía y nuestro coraje. Esta vez sí, esta es la buena», tuiteó el que todo apunta que será el nuevo primer ministro.

En una breve intervención tras su reunión con Napolitano en el Palacio del Quirinale, recalcó que después de la ronda de consultas con el presidente surgió en algunos partidos el deseo de que el próximo Ejecutivo termine la legislatura, es decir, hasta 2018, para poder acometer las reformas que el país necesita. En este sentido, dijo que «sé que fuera de aquí se percibe la urgencia de la creación de un Gobierno, pero creo que si el horizonte es una legislatura comple- ta se necesitarán días para llegar a un conclusión».

Renzi resumió que el compromiso de su Gobierno será el de terminar en febrero el trabajo sobre la nueva ley electoral y las reformas constitucionales, para ocuparse en marzo del empleo; en abril de la reforma de la Administración Pública, y en mayo de la del fisco.

La votación será cómoda en la Cámara de Diputados, pero no tanto en el Senado, donde el respaldo del Nuevo Centroderecha del exdelfín de Berlusconi Angelino Alfano es clave. «Somos indispensables», afirmó Alfano, quien planteará varias exigencias.

Además, Renzi se ha encontrado con otras dificultades en la composición de su equipo. Según los medios italianos, debió renunciar a la elección de la economista Lucrezia Reichlin como ministra de Economía, al ser considerada «muy poco política» para cumplir con las cualidades requeridas por la Comisión Europea y el BCE. Renzi, para quien «la rapidez es un aspecto constitutivo de su personalidad», se ha dado cuenta de que «la formación de un equipo no es un trabajo fácil», apuntó el editorialista Federico Geremicca en «La Stampa».