Gotzon Elizburu, Irati Sienra y Mikel Button, de la organización juvenil Ernai, presentaron ayer en Bilbo un amplio trabajo sobre la precariedad laboral y anunciaron una alternativa integral que apuesta «por un Estado vasco socialista, feminista y euskaldun».

Llamaron, sin complejos, a avanzar en «la revolución social». Porque, a su juicio, «el neoliberalismo mediante el mercado quiere absorber la capacidad que tiene la sociedad para incidir en la política». Por lo que añadieron que «la participación política es clave para el cambio. La soberanía es el camino», dijeron, a la vez que destacaron que «nuestro objetivo no es vivir fuera del sistema, sino cambiarlo».

Por ello, destacaron que «creemos que la actitud insumisa se debe convertir en práctica soberanista, de empoderamiento. Debemos construir alternativas e interconectarlas».

Situaron ese camino hacia dos direcciones: «Organizándonos y luchando contra la vulneración y recorte de derechos y a favor de estos en los sindicatos, el movimiento estudiantil y juvenil, pero exigiendo al Estado que cumpla su función de garante de los derechos». Y, también, «actuando con criterio en nuestras costumbres de consumo y consumiendo cuanto menos en empresas que potencian el modelo capitalista».

Recordaron que en este momento en Euskal Herria el umbral de la pobreza se sitúa en 937 euros, «pero más del 72% de los jóvenes no llega a tener esos ingresos». Ernai denunció que «solo el 35% de los jóvenes tienen contrato y el sueldo medio es de 1.100 euros». Según expusieron, el paro juvenil alcanza al 39,3% de los jóvenes de entre 15 y 24 años, aunque se extiende al 41% entre las mujeres. «En esta crisis ha crecido 23 puntos», señalaron, a la vez que añadieron que en el conjunto de los jóvenes el paro alcanza al 58%.

En cuanto a los contratos de trabajo, Elizburu, Sienra y Button advirtieron de que el 95,5% de los firmados en el último trimestre de 2013 fueron temporales y el 63,1% de los mismos por menos de tres años. «Lo que nos lleva a que el 49% de los jóvenes necesitemos el sustento familiar, ante esta grave situación económico y laboral, que nos impide emanciparnos y, en muchos casos, nos obliga a emigrar». Informaron de que en 2012, se marcharon de Hego Euskal Herria un total de 22.300 jóvenes, el 63% de ellos fuera también del Estado español.

A peor, con la crisis

Todos estos perjuicios que los jóvenes encuentran en el mundo laboral «empeoran con la reforma laboral» y denunciaron que «la aplicación de los minijob aumentará la precariedad».

Ante esta difícil situación, «que ha empeorado durante la larga crisis económica actual», destacaron que «tenemos que crear alternativas realizando la insumisión al modelo actual y convirtiendo la misma en una práctica soberana». Porque sostuvieron que «la precariedad es sinónimo de inestabilidad e inseguridad», por lo que avanzaron otro dato: «el 65% de los jóvenes está dentro de la economía sumergida».

«Esta situación -dijeron- es estructural, no coyuntural. Es consecuencia de la imposición del ideal neoliberal, de sus formas y valores y no solo de unas condiciones sociales concretas. Capitalismo y precariedad van de la mano», precisaron.