Ernesto Valverde mantiene el tipo. Ni le inmutan los cantos de sirena que vuelven a llegar desde la prensa culé, ni le turba la mala pinta mostrada por los suyos en el Villamarín o que se hable de bajón de juego o incluso, los más osados, de crisis. O porque los trapos sucios uno los debe lavar en el vestuario, o porque queda poco para el final de temporada como para dejarse llevar por las dudas y las disquisiciones periodísticas, lo cierto es que ayer, en sala de prensa, el técnico rojiblanco no quiso saber nada ni de crisis, ni de bajones, ni de presión añadida. Es más, lo sucedido ante el Betis lo catalogó como una «circunstancia especial», como un accidente que en nada tiene que ver con el estado de forma o mental del grupo. «El equipo se va a comportar como lo ha hecho toda la temporada», vaticinó. Mañana, ante el Granada, sus jugadores le darán o quitarán la razón.

«¿Crisis? Si jugamos y ganamos ya no estaremos en crisis... Todavía nos quedan un par de crisis hasta el final», contestó con sarcasmo a las preguntas de los periodistas. «Yo analizo los partidos en función de cómo van, por eso no creo que hayamos sufrido un bajón. Ante el Celta estuvimos bien en la segunda mitad, contra el Espanyol nos hizo daño su segundo gol tras el empate nuestro en que comenzamos a dominar... El otro día ganamos en un partido extraño, con once contra once tuvimos las ocasiones más claras y después levantamos un poco el pie, como si ya lo tuviéramos ganado, y eso nos ha pasado otras veces. Pero no estamos en un mal momento, ni nada parecido», se explayó el entrenador gasteiztarra.

Valverde observa a los suyos bien no solo físicamente, sino también mentalmente. No cree que la presión por alcanzar los objetivos europeos que ahora se focalizan en el cuarto puesto esté pesando en ellos. «Más allá de los picos de cada cual, para mí lo importante es que el equipo tenga los objetivos claros», declaró, porque lo que sí asume es que no será nada sencillo lo que queda de campaña. «Los de atrás vienen apretando y vamos a sufrir mucho para mantener la posición. A partir de ahora te juegas que se te acerquen, que te entren dudas, por eso se trata de manejar la situación, los nervios y toca defender esa candidatura que queremos tener. Hay que saber jugar desde el punto de vista sicológico», avisó.

Ganar, los puntos son lo importante reiteró Txingurri, que también ligó esas metas a «jugar bien, ser intensos» y meter la pelotita en la portería contraria cuando haya oportunidad. Ante el equipo nazarí los leones tendrán que demostrar todo lo expuesto por su técnico, que en el momento en que los equipos se empiezan a jugar los cuartos cuenta con casi toda la plantilla al completo, excepto Ibai.

Toda la plantilla, excepto Ibai

Bajo la lluvia y los ánimos de una nutrida chiquillería desplazada hasta Lezama, el de Viandar de la Vera contó a pleno rendimiento con el total de sus efectivos, incluido un Toquero que seguro regresará a la convocatoria y la duda de Beñat que solo ha entrenado dos días con el grupo. Laporte, al que se vio un tanto apagado en los partidillos, también está listo.

El goleador ante el Betis, el cachorro Guillermo Fernández, ha seguido ejercitándose con los `mayores' y ayer Valverde confirmó «que puede ir convocado, es una posibilidad». Y no es descartable que lo incluya, aunque eso supondrá, con el plantel a su disposición, descartes.

Lo que sí tiene claro -como él mismo confirmó- es el once que pondrá en liza ante los andaluces, y que, se limitó a adelantar, «es probable que haya cambios» con respecto al día del Betis. La entrada de Laporte bien podría ser una novedad, quien sabe si incluso por Gurpegi, lo mismo que quizá De Marcos vuelva a alternar con Iraola y se espera el regreso de Aduriz, con el que Valverde ya ha hablado sobre su última expulsión.

«Él es consciente de la situación. A veces nos pasa a los jugadores y a los entrenadores que consideramos una decisión injusta, la protestamos y a los dos segundos nos arrepentimos. Pero el otro día incluso la segunda tarjeta es evitable», aclaró el técnico, que espera esa roja «sea la última» del donostiarra.