Diseñadora de moda étnica originaria del Magreb

Anadie escapa la total identificación entre la debutante Reem Kherici y el personaje de ficción, llamado Maya, que ella misma interpreta. La ahora realizadora es conocida en el mercado francófono gracias a la televisión, donde ha participado en programas humorísticos con la troupe La Bande à Fifi, incluidas las parodias en directo del Festival de Cannes. En su primer largometraje se rodea de sus colaboradores habituales, como el joven actor cómico Philippe Lacheau, sin que falte su pareja en la vida real, el québécois Stéphane Rousseau, al que en «Paris à tout Prix» vemos haciendo la caricatura del estirado jefe de la casa de modas en la que ella trabaja como diseñadora.
No cabe duda de que Reem Kherici en su faceta de actriz se ajusta a las exigencias del papel estelar, con sus bellos rasgos raciales, ya que es de origen tunecino, a pesar de su aire cosmopolita. En todo caso se esfuerza en parecer más glamurosa de lo que es, ya que se trata de una comedia ligera sobre el choque entre culturas. Bien mirado, no deja de ser la versión femenina del Dany Boon de «Bienvenido al Norte», viajando en sentido contrario hacia el Sur, desde París al Marruecos rural.
Maya no se siente preparada para volver a la casa paterna, pues lleva veinte años viviendo despreocupada en la Metropoli. La sola idea de regresar con los suyos le supone un shock traumático, pues su nueva familia la constituyen las amistades de la noche y las compañeras de trabajo. Cuando es deportada, porque su permiso de residencia ha expirado, el mundo se le viene encima. Ella se considera parisina y reniega de unas raíces magrebíes que desconoce.
Y ahí está la clave de su transformación, justo en la falta de conocimiento de su tierra natal. Al adentrarse en el hogar de sus mayores empieza a recuperar agradables sensaciones perdidas, y con ellas el orgullo identitario. La experiencia le servirá de inspiración para una nueva colección de moda étnica, que le permitirá conseguir el ansiado puesto de estilista de la marca. Durante el viaje no había dejado de diseñar, ocultando su ausencia con los consiguientes enredos.

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