Raimundo Fitero
DE REOJO

Paella

Lo que ustedes cocinan algunos domingos, lo que les sirven en los restaurantes que normalmente acuden, tierra adentro o las costas y anuncian como paella, no es paella. Se llama arroz con mariscos, con pollo o con lo que ustedes quieran meterle. Por lo tanto la paella es una de las obras de arte gastronómicas de las civilizaciones mediterráneas en sus cruces con oriente. Casi de la entidad y valor dietético, estético y ético que el pan con tomate y aceite de oliva. Así, que mucho cuidado con usar el nombre de la paella en vano.

Digo esto para desmentir de manera tajante a toda la prensa que están acusando a unos destacados miembros de la Guardia Civil, a algunos curas ultramontanos, golpistas y torturadores reconocidos y hasta juzgados, que cuando se juntaron a rememorar sus hazañas golpistas no comieron una paella. Eso que nos han enseñado es un arroz cuartelario, aunque se haya utilizado una paella para cocinar el arroz. Por lo tanto, no es una paella facha, es una reunión de amigos golpistas, uno de ellos celebraba que fue ascendido a teniente coronel como su papá, el señor de los bigotes, de apellido Tejero un 23-F de 2010. Alucinante la coincidencia.

Con el consentimiento de las autoridades competentes, alrededor de un contenedor llamado paella, pero con un contenido llamado bilis, todo bien regado con vino crianza. Por lo menos. Con ese lema tan propio: «Todo por la Patria», allí sintieron que esa casa cuartel de Valdemoro era un reducto adecuado para este esperpento. Eso sí que es una auténtica estampa de la marca España de Fernández Díaz y sus correligionarios. Una desmesurada falta de vergüenza política y democrática. Y la reacción del ministerio y del gobierno en pleno y su deslenguado grupo parlamentario una vez conocida esta comida conspirativa, como para montar unas manifestaciones multitudinarias contra la impunidad de la extrema derecha golpista españolista.

En cada noticiario una barbaridad de esta gente. Porque no me dirán que no es patética esa estampa de la jueza Alaya, la señorona que tiene pillados por los ERES a los socialistas andaluces, «recasándose», tras treinta años de matrimonio. Y comieron arroz al que llamaron paella.