IMANOL INTZIARTE
PERIODISTA
ANÁLISIS | RUGBY, TORNEO DE LAS SEIS NACIONES

Un guión a la medida de BOD al que Inglaterra ha puesto picante

El Seis Naciones 2014 será recordado como el de la retirada de Brian O´Driscoll. Pero el del irlandés no ha sido el único nombre propio de un torneo en el que Inglaterra ha seguido engrasándose para su Mundial y tras el que Francia deberá meditar sobre qué rumbo quiere tomar.

El Seis Naciones 2014 ha bajado la persiana con la victoria de Irlanda, a la que la derrota en Twickenham ha privado de repetir el Grand Slam de hace cinco años. El average y el tropezón inicial de Inglaterra en París han dado el trofeo a los verdes.

Ha sido sin duda la despedida soñada para Brian O'Driscoll. Antes de colgar las botas al final de esta campaña ha fijado un nuevo récord de partidos internacionales, con 141. De ellos 133 con Irlanda y 8 con los Lions, un combinado de las islas Británicas que cada cuatro años realiza una gira por el hemisferio sur.

Amén de sus numerosos records individuales y de los dos títulos del 6 Naciones -se adjudicó el Grand Slam en 2009-, el jugador del Leinster adorna su palmarés con tres Heineken Cup, la Champions del rugby europeo. El peaje que ha pagado son las `condecoraciones' en forma de lesión. Circula por la red una espectacular infografía del `Daily Mail' al respecto.

Casualidad, o no, O'Driscoll ha cerrado el círculo en París, allí donde en el año 2000 saltó a las portadas liderando con tres ensayos un histórico triunfo frente a Francia. Explica Fermín de la Calle en su magnífico artículo en www.jotdown.es que al día siguiente un periódico irlandés tituló con el juego de palabras «In BOD we trust», transformando con las iniciales de su nombre y apellido la frase original -In God we trust- (confiamos en Dios). Desde entonces el número 13 no ha defraudado a su parroquia.

Siguiendo con la analogía, el particular San Pedro irlandés sería el barbudo Gordon d'Arcy -aunque ya se ha rapado-, primer centro y fiel escudero de O'Driscoll, tanto en su club como en la selección.

Completa la trinidad el apertura y pateador Jonathan Sexton. La comunión de este trío, y aquí aparcamos los juegos de palabras religiosos, se aprecia por ejemplo en el primer ensayo contra Italia. En la web del Seis Naciones se pueden ver resúmenes de todos los partidos.

En cuando a la delantera, ese barrio de los bajos fondos cuyos códigos solo conocen con precisión quienes se han criado en él, Irlanda tiene la cualidad de hacer disfrutar incluso a los profanos: ese arrollador maul tras ganar una touche -primer ensayo contra Gales-, esas melés robadas a base de empuje...

Inglaterra ha sido la segunda en discordia, condenada por el average, igual que hace doce meses ante Gales. Se trata de un equipo parecido a muchas páginas web, está «en construcción». 2015 es año de Mundial e Inglaterra será la anfitriona, por lo que trabaja con el foco puesto en esa cita. El promedio de internacionalidades de sus alineaciones es bajo, le falta acumular experiencia, pulir algunos puestos y engrasar la maquinaria.

Quizá por ello se le escapó una victoria que tenía en el bolsillo en la primera jornada disputada en el Stade de France. Algunos analistas no dudaron en apuntar como culpables a los cambios ordenados por el seleccionador Stuart Lancaster. Por ejemplo Mario Ornat, en su muy recomendable blog mamaquieroserpilier.wordpress.com, tituló su crónica así: «Lancaster hace, Lancaster deshace».

Los ingleses han mantenido una delantera consistente pese a la lesión en el cuello del pillier Dan Cole tras la segunda jornada. Los mayores elogios se los ha llevado la segunda línea, formada por Joe Launchbury (jugador de London Wasp de 22 años, 1,98 de estatura y 117 kilos) y Courtney Lawes (Northampton Saints, 25 años, 2,01 y 118 kilos).

Dando ritmo a la orquesta ha firmado un gran torneo el medio de melé Danny Care, rápido y con picardía para aprovechar los despistes rivales, como en su ensayo contra Gales.

Le ha acompañado en la bisagra el apertura Owen Farrell, cuyo juego no termina de convencer. Tampoco podemos olvidar que tiene solo 22 años y que la sombra de Jonny Wilkinson es alargada.

El zaguero Mike Brown -en la foto- ha sido para muchos el MVP de este Seis Naciones. Infranqueable en defensa -contra Irlanda cortó un balón lanzándose como hace mucho que no se ve a un portero inglés-, ha añadido en ataque unas estadísticas brillantes.

El jugador de los Harlequins de Londres -donde también milita Danny Care- ha sido el que más metros ha ganado en carrera (543), el que más defensores ha rebasado (25), el que más veces ha roto la línea rival (10) y junto a Sexton el que más ensayos ha anotado (4).

Un escalón por debajo en lo clasificatorio, tres victorias y dos derrotas, han terminado Gales y Francia. Los dragones venían de ganar las dos ediciones anteriores y tenían en su mano ser la primera selección que lograba tres títulos seguidos en solitario, ya que antaño no se tenía en cuenta el average y en caso de igualdad de puntos los títulos se compartían.

Pero han dado la sensación de haber bajado los brazos nada más ver el calendario, según el cual debían rendir visita a DublÌn y Londres. Ante Irlanda fueron arrollados y el seleccionador Warren Gatland advirtió a sus jugadores que de persistir en el descrédito tendría que revisar sus planes para la lista del Mundial, porque una cosa es perder y otra hacerlo de aquella manera.

El mensaje fue captado y dieron buena cuenta de Francia en el Estadio del Milenio, antes de conceder en Twickenham su segunda derrota ante una hipermotivada Inglaterra con ganas de tomarse cumplida venganza de la paliza sufrida un año antes en Cardiff.

Sobre Francia podría decirse, con permiso de Churchill, que «nunca tantos llegaron tan lejos con tan poco». Ya en el choque inicial, dos balones afortunados cazados por su ala Yoann Huget -su hombre más destacado- les permitieron llegar vivos a la recta final contra Inglaterra. Y a falta de cuatro minutos un talonador como Szarzewski rompía las leyes de la naturaleza para correr y asistir a Fickou en una jugada a la postre decisiva.

Tras ganar con apuros a la débil Escocia en Murrayfield, los del gallo vendieron cara su piel ante Irlanda. Francia planteó un partido de mucho choque, una estampida de búfalos con Bastareaud, Picamoles... Ha sido su mejor encuentro, ¿se dará continuidad a esta línea?

Francia vive en estos momentos un conflicto entre la Federación y sus clubes. Estos ponen el dinero que hace del Top 14 la liga más pudiente y lógicamente no están dispuestos a sacrificarse para mayor gloria de la selección. Nada nuevo bajo el sol.

Tras la excepción de 2013, con Irlanda y Francia ocupando los dos últimos lugares, el Seis Naciones 2014 nos ha devuelto a lo que viene siendo norma, Escocia e Italia luchando por esquivar la cuchara de madera.

Lo han logrado los del cardo merced a su victoria en Roma. Ello no quita para reseñar que el rugby escocés está sumido en una grave crisis desde que en 1999 ganara la última edición del Cinco Naciones. Es recomendable leer en internet un extenso reportaje de la BBC titulado «In search of the soul of Scottish rugby».

Italia, siempre a la caza y captura de un rival más débil al que hincarle el diente, no ha tenido fortuna esta vez. Son la cola del león del rugby europeo, lo que les permite codearse con los grandes, pero todo tiene un precio. Quinta ocasión en la que los trasalpinos se quedan con su casillero de puntos a cero.