La gente me pregunta: «¿Y ahora qué?». Les respondo que nada. «Pero el PSN tendrá que dimitir, pero Roberto Jiménez se tendrá que ir», dicen a continuación. Y yo les insisto en que no, en que no va a pasar nada. «Barcina tirará el Gobierno. ¿De verdad vamos a estar un año así?», se desesperan. Y en eso sí que les puedo tranquilizar. Porque no vamos a continuar como estas últimas semanas, sino que el Parlamento fingirá que no ha pasado nada. Y volveremos a lo de antes, pero ya sin alucinaciones, pero ya sin esperanza. Se fingirán enfados, encuentros, desencuentros, acuerdos, insultos y demás. Pero en el fondo, nada. «Navarra no puede seguir así, hace falta volverse a sentar a una mesa», dirá la patronal, el Gobierno y amén de dinosaurios políticos Y tienen razón, lo mejor buscarse una mesa... y, de paso, saca unas cartas, que me aburro.

Dice Roberto Jiménez que no volverá a hablar con Barcina. ¡Cómo si hiciera falta! Con quien habla el Gobierno es con la UGT. Y con eso basta. A la Ejecutiva del PSN la sostuvieron 80 votos en el Comité Regional que se celebró tras el gatillazo. Los críticos se abstuvieron en una maniobra estúpida en la que se visualizó su incapacidad de derrocar a Jiménez pese a que el alfanje que le habían clavado aún le asomaba por la espalda. Recabaron 47 votos. Los únicos que mantuvieron el tipo fueron de las juventudes, con siete noes. Y fue por canelos. Luego les habrán frito a collejas. Me veo a Lizarbe en plan paternalista: «Pero que esto es el PSN, so pardillos. A ver si espabilamos», les aleccionará mientras les pellizca el moflete.

Y ahora, el dato: la UGT siempre vota en bloque y es el grupo más numeroso. Con esta información, hagamos cuentas de nuevo. Quitémosle a los 80 votos que obtuvo Jiménez, los 60 que controlará la UGT. Nos quedaría que a Jiménez lo apoya la Ejecutiva y poco más. Y este es el gran secreto que todos ocultan: tras las siglas PSN solo hay... una cuadrilla.

Es hora de poner las cartas sobre la mesa. Aquí manda la UGT y el sindicato nunca ha roto el diálogo con el Gobierno. Y la cuadrilla acatará. No tiene otra forma de buscar sustento.